conciertos: leonard cohen, 17/09/09, b.e.c., bilbao

fui con la sensación de que aquel iba a ser el concierto de mi vida. no era por el alto precio que había pagado por la entrada, ni siquiera porque probablemente sería la (primera y) última vez que vería a leonard cohen en mi vida. desde que me levanté de la cama ayer por la mañana tuve ese pálpito, y claro, llegada la una de la mañana sólo pude constatar aquella sensación que llenó mi estómago y mi alma durante todo el día

el comienzo ya lo decía todo. aquella línea de teclados y esa voz rota entonando dance me to the end of love. seis músicos en el escenario y tres coristas sensacionales, además del gran maestro siempre en el centro, todo un caballero, algo apagado (aunque con sus 74 años bien aprovechados) y con su eterna imagen de negro con sombrero. había tanto repertorio que era difícil saber por dónde iban a ir los tiros, pero una a una, las canciones más importantes de su carrera (y algunas de las más importantes de nuestras vidas) fueron cayendo

antes de la anunciada pausa de veinte minutos ya habían caído entre otras una cambiada bird on a wire, la potente everybody knows, the future, una soberbia who by fire, ain't no cure for love y una impecable lover lover lover. había empezado muy bien, pero ya estábamos a la mitad y empezaban a faltarnos demasiadas ¿las haría todas? segunda parte con las emociones de suzanne, la conocidísima hallellujah y the partisan como pa mejor de todo el repertorio. tower of song fue increíble, sisters of mercy la bordó, y eso que es un tema que a mí en disco no me va demasiado y ya llegamos a take this waltz y esos coros tan bien puestos y aquello alcanzó un nivel de perfección que no nos podíamos imaginar

la gente se arremolinaba en las primeras filas de pie esperando a los bises. salió y cantó el trío más potente que nos podíamos esperar: so long marianne, que quedó de las más bellas, first we take manhattan, donde hubo gente que botó y sobre todo famous blue raincoat, en la que el estómago se nos encogió por enésima vez. el final ya daba igual, pero aun así también hubo tiempo para una versión demasiado folk de if it be your will y para closing time entre otras

calcó repertorio de shows anteriores (salvo chelsea hotel #2 que aquí no cayó), pero a alguien como leonard se le puede perdonar eso y más. desde que escuché por primera vez esa voz estuve sentado en aquella pequeña silla de plástico, pero mi interior estaba en otro sitio, mucho más elevado. seguro que hubo cosas que a más de uno le disgustaron (el guitarrista flamenco, el saxofonista demasiado amanerado que hacía fotos, las coreografías y la importancia de las coristas... pero todos entendimos que todo tenía su sentido) sí, probablemente no haya nadie tan enorme como él, he's our man