recordando discos: give up, the postal service

¿héroes o villanos? ¿creadores excelsos o enterradores premeditados de la indietrónica? ¿el punto álgido o el final esperado por todos? todas estas preguntas le asaltan ahora a uno si se pone a escuchar give up, el primer y hasta hoy único disco de the postal service, un proyecto que medio en serio medio en broma unió dos partes muy distantes y distintas de los estados unidos tanto en lo musical como en lo geográfico de la mano de ben gibbard (death cab for cutie) y jimmy tamborello (dntel).

ya nada iba a ser lo mismo, resultaba imposible, pero aquel punto de inflexión lo tenía que marcar alguna fecha: febrero de 2003. desde la gélida alemania morr music había caldeado tanto el ambiente en los últimos meses que la cantidad de clones que les habían salido a lali puna y compañía estaba siendo ya incontrolable. por eso ellos llegaron en el peor momento, en el momento en el que la gente empezaba a ponerle cuernos de demonio al ya por entonces denostado género. ¿qué era la indietrónica? - se preguntaban todos los medios -, y claro, ya no valía hablar de morr como único centro, había que mencionar a aquellos dos, americanos para más inri

give up comenzaba con la efectividad de the district sleeps alone tonight, el que a la postre fuera el segundo single y continuaba con such great heights, el comienzo de todo, el pildorazo que todos llevábamos años esperando, el hit, el tema perfecto, indudablemente, una de las canciones de la década, luego quizá se hacía demasiado espeso, con medios tiempos demasiado pop para el resto, con estructuras demasiadas complejas para el conjunto, pero afortunadamente ahí estaba we will become silhouettes, el tercer single y el que prolongaría el efecto del grupo hasta bien entrado 2005, para acabar con una austeridad inusitada en brand new colony y natural anthem

ben y jimmy lo habían hecho, la rúbrica estaba echada, ahora era el mundo el que tenía que juzgarlos, el que debía decidir si aquello se bailaba o no, el que al fin y al cabo decidiera si aquello iba para largo o si, como - no nos engañemos - todos temíamos, acabaría siendo carne de anuncio de productos trendy.