conciertos: southpop primera jornada, 15/04/11, teatro alameda, sevilla

las sensaciones tan especiales que me dejó el concierto de dënver, que intenté reflejar en la reseña del lunes, me aportaron un subidón que creo que ayudó a que el posterior de ellos, que iba justo a continuación, fuese también perfecto. pero gran parte de esa culpa la tiene también su último disco, cardiopatía severa, al que en su día no presté la merecida antención pero que por suerte recuperé estas últimas semanas y tiene una sucesión de hits impresionante. tantos como la fuerza y el gancho que posee guille encima del escenario. un frontman brutal que se come él solito el escenario y defiende de forma increíble un repertorio que ya quisieran muchos grupos de pop indies y no indies. casi que da igual que recupere temas de sus primeros discos (en tu lista, diferentes, campeón o cuélgalo son ya clásicos) o de los nuevos, porque todos son igual de bailables y disfrutables. otro éxito.

tras estos llegó el turno de cenar y, cuando nos dimos cuenta nos habíamos quedado sin concierto de mercedes audras, así que directamente a manel. de estos tengo que decir que sus canciones se me hacen agradables, pero solo rascan en la superficie. no tienen ese algo que hace que su música me afecte o trascienda. y por eso el inmaculado concierto que ofrecieron no me caló como sí lo hizo a los fans que arrastró la banda catalana. la verdad es que controlan a la perfección los tiempos, saben como hacerse con el público y además suenan maravillosamente, pero claro, si no es tu grupo no lo es y ya está.

y con la bien querida mantengo esta relación de amor-odio que hace que canciones como corpus christi o monte de piedad me dejen clavado y sin respiración, pero no termino de descubrirles el concierto donde el repertorio esté por encima de su sonido, algo mejorable y aquí más sucio que nunca, más beef de lo esperado, más rock de lo que ofrecen sus discos.

así el repertorio pierde en matices, pero gana en fuerza. y la actitud de david en los últimos temas, donde el kraut-noise invadió la sala, fue una curiosa e inesperada guinda. cuando lanzó la guitarra al suelo cerrando la primera noche de la forma más macarra posible quedó claro que esa actitud no era pose sino entusiasmo. y eso se agradece en alguien que juega a dar una de cal y otra de arena muchas veces, con un humor que a veces cuesta entender y descoloca. al final, mucho mejor que en isla cristina el año pasado.