conciertos: dënver en el southpop, 15/04/2011, sevilla

son las siete y media y en el teatro alameda empieza a sonar mi primer oro, el tema instrumental que abre el segundo cd de dënver y el concierto de sevilla en su gira por españa. y allí estamos nostros en primera fila sintiendo que se ha cerrado un círculo que se abría hace casi cinco años en una entrevista a los también chilenos harmónica y que ha terminado trayéndoles a nuestra ciudad. quietos, expectantes, nos sorprendemos observando a milton y mariana y sintiendo que está pasando algo que da sentido a muchas horas de nuestros últimos años.

por suerte solo tengo que escucharles, porque si tuviese que hablar no me saldrían las palabras. y es que a veces, solo a veces, la realidad es más sorprendente de lo que creemos y ocurren cosas que solo parecían pertenecer a nuestra imaginación. como cuando llega una carta sin remite con una botella y un cuento de invierno, o cuando te traen a casa, a la que pudo ser nuestra casa, el soplo una noche de martes.
los últimos veranos fue la primera canción que escuché a los dënver, por entonces en su versión maquetera, y que se me clavó como si fuera un himno generacional a la carta. no sonó en el concierto, pero sí fue el principio de esta historia que tenía un quiebro final en el tercer tema que tocaron el sábado, cuando mariana comentó que iban a hacer miedo a toparme contigo de su primer álbum, totoral, y, como si estuviéramos leyendo rayuela, saltamos de golpe al capítulo dos para encajar las piezas que le faltaban al puzzle.

y ya con la piel de gallina, con esa inyección de adrelina que da viajar en el tiempo, recobramos el presente con una versión solo al piano y guitarra de lo que quieras que vale los diez mil kilómetros que separan san felipe de sevilla. estamos a mitad de concierto y nada más importa que los cuarenta minutos que tienen programados los chilenos. poco queda ya hasta llegar a ese último capítulo titulado los adolescentes que deja un final abierto a segundas partes.

después pensé en qué decirles cuando me los cruzase en el descanso entre dos actuaciones, en la barra pidiendo o en el puesto de discos. no se me ocurrió nada y, además, no les ví. pero es casi mejor así. sería como hablar con el escritor de tu novela favorita justo después de leerla. o como si te desvelan el truco de magia cuando aún está sorprendido con lo que acabas de ver. casi un sinsentido y algo innecesario.

dënver volverán a españa en julio, y seguramente ya no pasen por sevilla. ni probablemente pueda desplazarme para verles. pero no importará porque ya nos vimos un viernes de dolores.