10 milles per veure una bona armadura, manel (discmedi-warner) 2011

Resulta difícil suponer hasta dónde puede llegar la carrera de Manel. 30.000 discos vendidos de Els millors professors europeus, su primer álbum, conciertos que se conocen como fiestas colectivas donde la conexión con el público es algo que resulta difícil explicar (si has estado en alguno ya sabrás a qué me refiero) y donde el público participa activamente, presencia en toda clase de medios (no solo los catalanes), etc.

Ahora, con su segundo disco ya en la calle, podemos decir que sí, que la verdad que yo no veo límites al éxito que Manel puedan llegar a tener. Que tal vez ellos han tirado más por el camino de la sutileza. Que ya no es tan evidente ese tono festivo que tenía Els millors professors europeus, pero a cambio de ese tono festivo, han ganado otra perspectiva a la hora de hacer canciones. Siguen profundizando en la cotidiano, en lo que pasa un día culquiera a Bernat, Dolors, a Miquel, a Olga, Vanessa o Xavi. Pero como todos ellos, como nosotros, Manel han cambiado. Que solo han pasado dos años y poco, pero han cambiado.

En 10 milles per veure una bona armadura todo suena brillante. Y eso es por la fantástica producción (a cargo del propio grupo) que lleva a las canciones a un lugar donde el detalle es lo que prima y que enriquece y enfatiza las letras. Como comentaba, las canciones son más tranquilas, más relajadas, pero igualmente disfrutables. La cançó del soldadet, La bola de cristall, El gran salt, Flor groga son canciones medicina. De esas que te proporcionan alegría y bienestar. Que partiendo de lo común son un antídoto justo para eso. Mención aparte merecen Boomerang, Benvolgut, Aniverari o El Miquel i l' Olga tornen. Canciones que valen y mejoran todo un mundo. Porque este es uno de los discos que hacen mejor la vida. Que da sentido a ratos y momentos que parecen no tenerlo.

Mil pasos para ver una buena armadura, pero solo a uno de la emoción.