(the drums: como en el vídeo de down by the water)
La primera de las citas del (intenso) fin de semana en Barcelona era The Drums. Fue la opción de servidor, ya que el mismo día (misma hora) y en el mismo recinto tocaban Vampire Weekend y en la sala Apolo Single (+ Corazón).
Los neoyorquinos visitaban la ciudad por segunda vez el mismo año tras su paso por el ps en mayo. Esta vez fue en un recinto cerrado (en la sala 2 de la Razzmatazz) y con el mismo repertorio (la diferencia es que ahora nos conocemos las canciones del su disco, que por entonces
todavía no había salido) volvieron a ofrecer un buen rato de pop luminoso, repletito de estribillos y con fuerza. Quizás, me dió la impresión, con un sonido menos limpio, pelín más sucio. Pero por encima de todo, sus canciones. Canciones, cancionacas, que no nos cansamos de escuchar una y otra vez y que en directo crecen más, si cabe. Una delicia de concierto, para divertirse y pasarlo bien, que (por lo menos) a mí me demuestra que aún tenemos The Drums para rato (aunque eso sí, que Jacob siga con sus Horse Shoes...), que hay que seguir confiando en los muchachos...
(the sound of arrows: preparando el final de una noche intensa)
Más tarde, ya de madrugada, y así como de sorpresa (nos enteramos pocos días antes del sábado), The Sound of Arrows presentaban buena parte de lo que será su disco de debut tras esos 3 singles que han publicado hasta ahora en Labrador. Y tras lo oído (y lo bailado) en el
concierto estará mucho más cerca del último, Into the clouds, que de los dos primeros, Danger! y M.a.g.i.c. De hecho, estas dos canciones no sonaron en el concierto (para nuestra sorpresa).
Lo de The Sound of Arrows es puro europop, del mejor posible, con canciones que son hitazos desde la primera escucha. Ese álbum que verá la luz en 2011, contiene una buena remesa de ellos, los que sonaron el sábado en formato cuarteto (atención a My Shadow, Yesterday o Forever-yo las llamo así, no sé si al final será su título-). Vamos, que no nunca habíamos oído esas canciones pero ya las cantamos como locos.
En el pequeño Pop Bar no paramos de bailar durante los breves pero agotadores 45 minutos que duró su actuación, con su cantante moviéndose de manera estrafalaria por todo el diminuto escenario, haciendo de ese rato uno para no olvidar. ¡Muero por escuchar ya ese disco! !!Que lo saquen ya por Dios¡¡
Una noche completa, completa, en inmejorable compañía, D. L, y Fede, y en la que también estuvimos bailando todos los hits indies (¿cuántas canciones pusieron de The Drums en todas las salas?) en ese templo a la vida moderna que es el complejo Razzmatazz.
Y aún faltaba el domingo con Surfer Blood/Interpol...
Mira que perderte a los teloneros de The Drums...
ResponderEliminarvaya noche hipermoderna. entre lo que viste y lo que te perdiste, un primavera club improvisado.
ResponderEliminareste concierto si que te gusto...reputa!
ResponderEliminarY luego hay que oir que los nadadores no sois nada modernos. Aysssss...
ResponderEliminarah, pero que se oye por ahí que no somos modernos? quién osa?
ResponderEliminarpero qué invento es este? ahora los nadadores no son modernos? lo que hay que oir...
ResponderEliminarel sábado estuvo fenomenal, drums y arrows mediante!!