mi monólogo interior

Manolo comentó aquí sus impresiones sobre el segundo disco de Single. Comentaba que no consigue entrar en el disco, y yo, como si de un anónimo se tratara (positivas, entonces) voy a dar las mías.

A mí también me cuesta situarlo, y por supuesto se me escapan las influencias de las que bebe, pero eso (será que mi bendita ignorancia ya está acostumbrada a ello) no impide que me adentre en el disco. Si en un principio sí que es verdad que la escucha se hace difícil, no es muy tarde cuando esos mismos caminos que parecen de difícil acceso se convierten de fácil aceso y totalmente familiares.

No, esto no es Pío Pío, ni falta que hace. El tono ha cambiado, ha aparecido el negro, pero eso es algo que en la música de Teresa e Ibon sienta bien. El disco se hace corto, pasa en un abrir y cerrar de ojos (mucho más breve y conciso que su predecesor) y canciones tan redondas como Todo cambia en un instante, Posponías, En el restaurante, !Miau¡, Gracias a la vida, la trepidante Monólogo interior u Oda a los negros son ya sin duda parte de lo mejor de los donostiarras.
Y no sólo me refiero a la música, sino también en las letras, uno de sus puntos fuertes. Para mí Teresa e Ibon son los mejores escritores de letras que tenemos, y aquí eso se sigue demostrando más que nunca. Simpre entre el humor más sutil, la melancolía, la desilusión y también los momentos felices. Todo está en estas letras, en las que descubres algo nuevo a cada escucha.

También Monólogo interior cuenta con el aliciente de poseer un Aramburu, ahora mismo el único disco que puede presumir de eso. La obra data de 2008 y es, no podía ser de otra manera, pero de ninguna de las maneras, totalmente maravillosa. Esto me recuerda lo mucho que se echa de menos a Javier Aramburu en los discos que escuchamos y nos compramos.

Como decía Manolo, tal vez sea el disco difícil de Single, pero ojalá todos los discos difíciles sean como estos...


(en la foto, Teresa Iturrioz por Yosigo, 2010)