un día raro en madrid, gris, a punto de comenzar el invierno y en medio del primavera club. aquel día iba a ver a beach house por primera vez, iba a ver confirmado el éxito que todos nos adelantaban sobre jeffrey lewis & the junkyard y me iba a llevar la última decepción del año con un concierto de retribution gospel choir en el que no logré conectar con el proyecto salvaje de alan sparhawk. pero aquel sábado por la tarde tenía una cita ineludible, la que hizo que conociera a federica pulla, que saludara de nuevo a enrique, david y jesús miguel (todavía con el eco en los oídos de su triple pinchada en valladolid unas semanas antes). también apareció por allí el señor amor del 74
esa tarde fue especial y david y enrique estaban especialmente emocionados porque nos iban a llevar al malasañero louie louie en el que había mercadillo de vinilos a precios interesantes. entre las cubetas que estaban por el suelo había cosas realmente chulas y apetecibles, pero pensé que cargar con discos toda la noche no era buena idea, así que decidí dejar de lado los maxis de morrissey que iba a comprarle a javi y algo que ya no recuerdo que había cogido para manolo. david y enrique cargaron, y muchas de las cosas que tenían eran para otras personas. entre esas personas estaba yo, sin saberlo, porque me cayó de rebote el vinilo del sisters de the bluebells
david, con su habitual sentido del humor que no me cansaré de admirar, me dijo que con esa piedrita podría empezar a construirme una colección de discos decentes. así que me quedé con él, claro. lo metí en una bolsa de un vips y lo llevé para aquí y para allá, del neu! al nasti y del nasti al círculo de bellas artes. la curiosidad me podía. un regalo de david. me había prometido que esta historia le daba mil vueltas a todo el pseudo-indie que ponemos en lanadadora y claro, no pude esperar ni un minuto para volver a casa y ponerme a escucharlo
antes del c-86 había otro pop indie (que quizá no era indiepop), en el que podemos meter a estos escoceses que con este disco se presentaron en sociedad después de un par de años editando más que notables singles y ep's. el mundo se encargó de que 1984 no fuera el año del sisters de the bluebells, pero como tantas otras veces, el mundo se había vuelto a equivocar. por aquel entonces yo ni siquiera había empezado la enseñanza primaria y mi tío martilleaba la vieja tocata con punk vasco y pop inglés, pero por allí nunca pasaron the bluebells
las canciones de sisters se escuchan en un momentito. son de esas perlas de pop saltarinas que tanto nos gustan en lanadadora y de las queremos poner una y otra vez en el reproductor. young at heart dice tanto en tan poco, the patriot game está tan bien producida, red guitars es un himno que no fue... pero por encima de todas esta cath, la canción perfecta del disco perfecto, ese single que se te cuela y que ya es imposible que salga, esa preciosidad que ya jamás te quitarás de la cabeza, ese estribillo que, como los buenos de los beach boys, parece perseguirte. una colección de caciones perfecta que se me antoja perfecta para estas tardes de calor y que ayer me apeteció recordar
lo dicho, un placer engrosar mi colección con regalos como este
Muy de acuerdo con The bluebells, muy poco de acuerdo con lo de Retribution Gospel Choir ;-)
ResponderEliminarNunca te creas a Shelby a pies juntillas. Seguro que el gusto de tu tío es más perdurable.
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