29/3/10

conciertos: go kart mozart, 27/4/10, neu! club, madrid

el pasado sábado lawrence volvía a madrid para dar un concierto 23 años después de su última actuación en la capital y a nosotros nos hubiera encantado poder estar presentes allí para verlo, pero no pudimos. así que tuvimos que pedir el favor al amigo federica pulla para que nos hiciera la crónica del concierto de go kart mozart, sin duda, una de las visitas de los últimos años. esto fue lo que nos contó, con foto incluida desde su móvil:
Lawrence se ríe del mundo en sus discos y sobre el escenario. Y ayer lo dejó bien claro en Madrid.

Quien fuera pensando disfrutar del más ligero atisbo de sus momentos gloriosos en Felt lo llevaba claro, porque su concierto de poco más de media hora de duración fue una auténtica declaración de glam/pop/punk, totalmente alejado de los arpegios y de las florituras sonoras de su época dorada. En poco más de treinta minutos, Lawrence y sus acompañantes dieron una patada en la boca a la generación Glee y nos regalaron un estudio de lo más anticool que uno pudiera imaginarse. Allí no hubo la más mínima concesión a la estética. Los tres músicos acompañantes (y el propio Lawrence) representaban la imagen más contraria al prototipo de chicos jóvenes, guapos y atractivos, y quizá ahí radica el encanto de esta propuesta, ya que no todos los días podemos disfrutar de una actuación que parecía haber sido reclutada de un casting de saldo con toda una leyenda al frente. A veces daba cosita verlos y otras resultaban encantadores, pero es que Go-Kart Mozart es así, una pura contradicción, un canto a la independencia y una oda a la valentía sobre lo que significa ir contracorriente. ¿Se puede pedir más?

El repertorio se limitó a canciones de los dos discos publicados de Go-Kart Mozart. Nada de Denim, ningún tema nuevo y, por supuesto, la magia de Felt totalmente ausente. Un puñado escaso de canciones llenas ironía y mala leche y, como concesión extraordinaria, un bis en donde volvieron a interpretar (de nuevo) otro tema que ya habían tocado unos minutos antes. ¡¡Tócate las narices!! Si eso no es actitud punka, que venga Sid y que me lo diga.

Pobre Lawrence, quién te ha visto y quién te ve, dirán algunos. Pero a él parece darle todo igual y vive en un mundo paralelo en donde la genialidad se mezcla con el desequilibrio, el chocolate con el chicle y la pimienta con el azúcar. Lo mismo que su compañero de generación Dan Treacy, con el que comparte un cierto paralelismo como figuras de momentos gloriosos de un pasado ortodoxo a los que la vida les ha dado más de un palo, ambos han llegado a nuestros tiempos rodeados de un aura que les coloca más allá del bien y del mal y que hace que les perdonemos cualquier desmadre, como si de auténticos abueletes malhumorados se trataran. Me da miedo pensar en qué nos hemos convertido, cuando tenemos el valor de acudir a un concierto sin saber qué va a suceder y asustados por el devenir de un personaje al que hemos visto brillar, apagarse, resurgir, estrellarse, desaparecer, regresar y dar tumbos por la vida.

Quizá por eso, el público del concierto de Madrid estuviera compuesto mayoritariamente por HISTÓRICOS de la escena independiente, aquellos que batallamos en los tiempos de Felt, seguimos las idas y venidas de Denim y continuamos disfrutando los desvaríos de Go-Kart Mozart. Así y todo, la sala estaba mucho más vacía de lo que se hubiera merecido el grupo y, especialmente, la muy admirable gente que organiza esos maravillosos conciertos de Pacific Street. Resulta vergonzoso que puedan regalarnos momentos irrepetibles como los que nos han proporcionado The Bats, Momus, Phil Wilson, The Lodger, Harvey Williams o Go-Kart Mozart y los supuestos amantes de la música decidan invertir su tiempo en asuntos más banales. Luego se quejarán de la falta de clubes y de actividades y gritarán que la ciudad se muere, cuando han tenido oportunidades únicas de presenciar auténticas burradas a las puertas de casa y las han desperdiciado por completo. Una penita.

Pero, por desgracia, así están las cosas en nuestro Madrid de 2010, en donde la apatía es la nota dominante y en donde la masa sólo parece asistir a eventos para lucir el palmito, sin importarles un rábano que también hay que premiar el esfuerzo de las personas y que se están perdiendo momentos en donde la magia se hace realidad en escenarios pequeños. Y la actuación de anoche fue uno de esos instantes inolvidables. Lawrence de Belgravia vino y había que estar allí para verlo.

8 comentarios:

  1. Muy bien Federica, y muchas gracias, esperamos que su colaboración en lanadadora siga...

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  2. A mí me dieron ganas de llorar al ver el panorama a nivel de público. El concierto de 11 porque de 10 sería querdarme corto.

    Y es la pura verdad, joder todo el mundo en la sala se conocía unos a otros, y si no conocías a alguien una personas que tú conocías conocía a esa persona. Una sensación extrañísima.

    No tengo tan claroq ue la música en directo vaya tan bien como nos quieren hacer creer, sino que alguna música en directo va bien, y el resto está al margen de todo.

    Una vez más el reconocimiento para la gente de Pacific Street por regalarme uno de los moemntos más mágicos que he vivido en un concierto en los últimos tiempos.

    Lo peor de todo era la jodida sensación de que jamás se iba a poder reptir un momento así porque nadie volverá a traer a Lawrence ni a otros grupos parecidos visto el resultado.

    Por cierto, el sonido fue extraordinario que también es de destacar acostumbrado a tantas castañas que nos tragamos.

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  3. Anónimo10:48

    Bubble-pub-rock en la boca y Lawrence más animado de lo normal.

    Concierto 100% digno!!!!

    A la mierda los modernos, ellos se lo pierden!

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  4. Sigo llorando, un problema con mi madre me impidió la cita, ces't la vie.....

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  5. La Caja Negra15:48

    Así lo sentí yo también, Federica, y sobre todo llevas toda la razón en esto:
    "Lawrence de Belgravia vino y había que estar allí para verlo."

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  6. yo creo que ni al propio lawrence le debió sorprender la respuesta del público. felt y go-kart mozart son tan grupo de culto que parece de lo más normal (auque no lo es) encontrarse con pocos, pero muy fans, en cualquiera de sus conciertos.

    lo de este sábado no es cosa solo de madrid. el desinterés por toda cultura está cada vez más latente en nuestro país. yo creo que estamos asistiendo a un proceso de desinterés general cuanto menos preocupante.

    toca hacer cada uno la batalla por su cuenta.

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  7. Daniel de la Mancha21:58

    Vaya, siento oir que no hubo gente en el concierto. Una pena, yo si hubiese estado en Madrid no me lo hubiese perdido. El anterior concierto de Pacific Street (northern portrait) estuvo a rebosar, supongo que estas cosas no se pueden predecir.
    Sea como sea, ha sido estupendo poder leer a Federica escribiendo sobre música de nuevo.

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  8. yo lo considero un regalo. el único que se habría salvado de la vara indie, sin duda.

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