28/4/09

sometimes i wish i were an eagle, bill callahan (drag city) 2009

los golpes de genialidad llegan casi siempre cuando nadie se los espera, por sorpresa, sin avisar, alcanzando la grandeza perdida o jugando a desubicar al receptor. eso es básicamente lo que le ha pasado a bill callahan con este nuevo trabajo de magnífico título, sometimes i wish i were an eagle, y es que claro, con un título así (traducido “ojalá fuera a veces un águila”), es muy difícil que un trabajo no se convierta por necesidad en algo mayúsculo

con este disco, bill callahan recobra una fiabilidad que en realidad nunca llegó a perder, pero que había transcurrido por terrenos un tanto oscuros en anteriores entregas. el señor callahan vuelve a ser enorme de la mano de un trabajo que ya iba siendo necesario, y que sus seguidores no dejábamos de desear, o por así decirlo, de imaginar

sólo nueve temas son suficientes para dar muestras de sus dotes maestras, para dejarnos boquiabiertos desde el primer minuto y para convencernos de que realmente la grandeza no desaparece, que la calidez de su voz turbadora siempre estuvo ahí, a pesar de que con el anterior disco, wake on a whaleheart, a algunos nos dejó un no demasiado amargo – pero amargo al fin y al cabo – sabor de pequeña decepción

con canciones como ese eid ma clack shaw en la que amargamente nos repite eso de ‘enséñame el camino’ o como all thoughts are prey to some beast, donde va creciendo en intensidad de una manera sobrecogedora, bill callahan da un paso adelante más en la exploración de un folk-rock que afortunadamente sigue dando interesantes trabajos. otros aspectos como la pequeña oscuridad de the wind and the dove o ese paisaje brumoso y gris de invocation of ratiocination redundan en que este disco está llamado a ser uno de los grandes de este 2009

3 comentarios:

  1. yo siempre defendí a callahan frente al otro gran torturado(r) del folk y estos años preferí mantenerme en silencio. pero con este disco puedo volver a decirlo sin problemas: ¡prefiero a smog (callahan)!

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  2. ¿y quién era el otro? ¿will oldham?

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  3. sí, claro, por supuesto.

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