un repaso a algunos discos fundamentales del indie pop, cap 1

una osadía como otra más de las muchas que llevamos en la página de la nadadora. y más aún cuando gran parte de la música de la que me apetece hablar la he ido conociendo a toro pasado y además no me puedo considerar un experto del tema. pero en estos tiempos de amnesia musical en la que el hoy parece comérselo todo como si fuera la nada de la historia interminable, recuperar algunos de esos discos que tienen parte de culpa de lo que es hoy el indiepop, twee pop, pop diy o como se le quiera llamar, aparte de una oportunidad de desintoxicarme de tanta actualidad, es un acto de justicia casi obligatorio.

y no pretendo, ni sinceramente puedo, hacer un repaso exhaustivo de un género que me supera desde el preciso momento en que no me siento capaz de definirlo o acotarlo, ni mucho menos aportar un catálogo inmenso de referencias, discos y grupos, sino solo compartir una selección de 10 (+1) discos ( repartidos en 5 subcapítulos más esta introducción) que me fascinan y sobre los que me gustaría poder escribir, para dar a conocerlos a quienes no los tengan ya en sus estanterías y, especialmente, para abrir la posibilidad a medida que preparo el especial (¿y leyendo también vuestros comentarios?) de ampliar yo mismo conocimientos sobre ellos.

y con estas, y para abrir boca, un disco que yo presiento esencial a la hora de marcar un pistoletazo de salida:

the velvet underground, the velvet underground 1969
the velvet underground sin john cale, dejando todo el liderazgo a lou reed, perdió experimentalidad y modernismo para entregarse de forma sublime a la composición de unas canciones que se cuentan por obras maestras. alejados del ruido, de la distorsión y de esa concepción de la música como un viaje sin retorno (dejemos la fantástica the murder mistery, con las voces solapadas de lou y sterling morrison, como excepción y guiño a lo anterior), lou reed hizo borrón y cuenta nueva y se entregó a la creación unas canciones de melodías sublimes, bellas, tristes, aparentemente inocentes y sorprendentemente delicadas para lo que la banda había ofrecido hasta entonces. desde que el disco abre con candy says y lou cantando de manera dulce y relajada ya presientes que algo, mucho, ha cambiado. una sensación que no solo no se abandona en todo el disco, sino que se dispara con la hermosísima after hours, donde maureen tucker es quien se encarga de helarnos el corazón con una canción mínima y extremadamente frágil, casi improvisada.

con todo, erigir este álbum como el comienzo de algo es ya más complicado. ni es el primer disco publicado que se pueda catalogar como pop (e indie, si nos atenemos a la esencia alternativa de the velvet underground), ni me atrevería a decir que el más influyente. pero de lo que estoy completamente seguro es de que a cualquiera de las bandas de las que voy a hablar en este especial le encantaría haber podido componer canciones como candy says, jesus, pale blue eyes, i’m beginnig to see the light o after hours. ¿lo dejamos como punto de salida?