la inquietud me invade otra vez. matt elliott vuelve a jugar a destrozarnos, a apoderarse cual depredador sin escrúpulos de nuestros sentimientos y a hacer suyas nuestras vivencias desde el lado más oscuro e insospechable que quepa en el refugio más remoto de nuestra imaginación. hasta ahí se ha ido siempre, y ahí es donde retoma su andadura con este howling songs
más de once minutos de lamentos desesperados abren este trabajo, se trata de otro tour de force, el más difícil todavía, la parte a la que es más difícil llegar, la definitiva. el de bristol vuelve, o quizá habría que decir que retrocede, al miedo, pero a veces el miedo resulta tan sublime que no solo estremece, sino que también te tiende su pálido e incómodo manto sobre el que uno se puede repostar con toda la frialdad del mundo
con este disco, matt elliott vuelve a inspirar a la vez que destruye, y a doler a la vez que cura. canciones como something about ghosts o berlin and bisenthal redundan en todas esas sensaciones ya comentadas, incidiendo más si cabe en la búsquda de ambientes brumosos que le dan a howling songs esa sensación de amarga grandeza que parece envolverlo todo. y la culminación llega con the howling song, casi un festín sangriento, un canto despiadado desde las entrañas del mal, un paseo de almas en medio de la noche que bien sirve para mostrar el universo que ya con drinking songs y failing songs empezó a mascullar
tragedias, terrores, oscuridades y derrotas no demasiado cotidianas le acompañan en otra de esas obras magnas que caben en el barco del que matt elliott parece estar dispuesto a no abandonar ya más
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pues a mí los aires balcánicos de la trilogía elliot han terminado superándome un poco hasta el punto de no prestar la debida atención a este disco. yo ando esperando, desde el día que salió este disco, la continuación.
ResponderEliminary supongo que una vez asimilado el cambio, retomaré este álbum que se ha quedado un poco aparcado.