after dark, haruki murakami (tusquets)

No somos muy dados a hablar aquí de libros. Esta tan solo es la segunda entrada de la categoría (será que preferimos hablar de lecturas en otros lugares), pero Haruki Murakami bien merece una reseña. Una reseña no, un blog entero. Porque para mí se ha convertido en el escritor contemporáneo más importante (ahora que Paul Auster se mantiene estable en Un hombre en la oscuridad, pero lejos de cotas como El libro de las ilusiones).

After dark es lo nuevo de Murakami en español, digo en español porque en Japón se publicó en 2004, y contiene todo lo que le ha hecho grande. La realidad a pie de calle del Japón actual, ese surrealismo mitad fantasía mitad real y esa clase de prosa que encandila desde la primera frase.

La historia se centra en Mari, joven adolescente que pasa la noche en la ciudad y Eri, su hermana, que duerme placidamente en su cuarto. Partiendo de ahí sólo queda la noche y su largo pasar. A partir de ahí ya nos podemos imaginar que todo lo que nos ofrece Murakami no se nos podía haber pasado nunca por la cabeza. Ni remotamente.

Porque si un libro consiste en que te lleve a lugares donde nunca has estado, After dark lo consigue y casi creo que ya he visitado un love-hotel y me he montado en un tren de cercanías destino a cualquier suburbio de las afueras de Tokio. Porque, como nos han enseñado ya (sí, cada libro de Murakami es una lección de vida) Tokio blues, Kafka en la orilla o Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, las cosas no son como parecen y uno en ocasiones tiene que descubrir cosas que a lo mejor ya sabemos pero preferimos escondernos.

“El nuevo día está a punto de llegar, pero el viejo día aún arrastra los pesados bajos de su ropaje. Igual que el agua del mar y la del río compiten con fiereza en la desembocadura, el nuevo día y el viejo se disputan su espacio y acaban fundiéndose. Takahashi es incapaz de discernir en cuál de las dos orillas, de los dos mundos, se encuentra en ese momento su centro de gravedad”.