marchando una terna psicodélica californiana

still living, ganglians (lefse) 2011
abonados en una entrega más a eso del pop psicodélico hecho en los estados unidos, ganglians siguen adelante con su tercer larga duración, quizá no tan elevados como hicieran desde las cotas alcanzadas con sus dos primeros discos (ambos para el sello amigo woodsist), pero al menos sí en la onda de lo que vienen haciendo desde hace una par de años. como novedad, cabe destacar que las canciones de still living se hacen pegadizas con solo una primera escucha y algunas como call me, que abre el disco, jungle o good times parece que han venido para quedarse. el disco de los de sacramento quizá peca de que se termina haciendo un poco largo, dejando en la recta final un par de temas que redundan en algo que se hace repetitivo y un pelín anodino y que quizá acaba por atragantarse un poco

west, wooden shjips (thrill jockey) 2011
dos discos y todavía no les había encontrado la gracia a los wooden shjips. pero ha tenido que ser con este trabajo, el tercero, el que no es ni el mejor ni el más inspirado, pero sí el que mejor portada tiene, el que me ha abierto los ojos sobre las bondades de este cuarteto de la costa oeste norteamericana. ritmos destructores que se apoderan de tus pabellones auditivos a la vez que hacen que todo dé vueltas en la habitación, así podríamos definir el viaje al oeste al que nos invitan con su tercer trabajo. siete canciones, algunas por encima de los seis minutos que sirven para dejar claro que los wooden shjips otra cosa igual no, pero contundencia tienen para dar y regalar, porque es el principal concepto que se rezuma en este west y el que invade composiciones un tanto reiterativas como crossing o looking out, dos de los trallazos más inmediatos

mazes, moon duo (sacred bones) 2011
hablando de mazes, estamos hablando sin duda del mejor disco de esta terna, y de uno de los que con el verano me he dado cuenta de que me había dejado por ahí sin escuchar, tratándose de uno de los importantes, ya que hace unos meses que se publicó este trabajo. la pareja formada por ripley johnson y sanae yamada redunda en su imaginario de espirales de guitarras afiladas y distorsionadas y subidas y bajadas a esos infiernos de riffs psicotrópicos que tan bien manejan sin que parezca costarles demasiado esfuerzo. solo ocho canciones les resultan suficientes para dejar claro que lo suyo como aventura paralela dejó de ser una anécdota hace mucho tiempo y que van más en serio de lo que nos podamos imaginar. escuchar seer o fallout y no sentir ese cosquilleo de que algo nuevo y atractivo te invade se hace harto difícil