mi impresión con the ladybug transistor es que siempre han ido a más. a partir de unos inicios con aires de folkie-pop campestre, que alcanzaron su mayor reconocimiento con the albemarle sound, dieron el primer gran paso con su álbum homónimo de 2003, donde evolucionaban hacia un pop más adulto (con referentes como the go-betweens o prefab sprout) y en el que aprovechaban la impresionante voz de su líder, gary olson, para sacar el mayor provecho a unas canciones que nacían con aires de clásicos atemporales. desde entonces solo han hecho crecer. can’t wait another day era otro pasito más y ahora, su nuevo disco, justo lo que deseábamos que terminara llegando: una obra mayúscula de una banda en un absoluto estado de gracia.
pero, desgraciadamente, no se puede hablar de clutching stems sin recordar que se trata del primer lp de la banda tras la pérdida de su batería sam fadyl. y como en the evangelist de robert forster (otra maravilla que llegó a ser nuestro uno en las listas de 2008), el disco desprende una hermosa melancolía que suena, o nosotros nos imaginamos que lo hace, a homenaje implícito a su compañero desparecido. y lo hace sin hundirse en el recuerdo, lo hace sonando, incluso, optimista; con un optimismo meditado y relajado, terriblemente bello.
el arranque del disco, sus cinco primeras canciones, ya nos hace tocar el cielo y nos obliga a intentar recordar, sin encontrar, algo tan hermoso en los últimos meses o incluso años. clutching stems y oh cristina pueden ser los temas que antes enamoren de este primer lote, y de todo el disco, pero light on the narrow gauge, fallen and falling e ignore the bell no le andan muy atrás, manteniendo la elegancia que hace años que ladybug transistor no pierden, y volviendo a recordar a los clásicos del pop antes citados. después, la segunda mitad del álbum no hace sino confirmar que estamos ante algo realmente trascendente. caught don’t walk podría estar a la vez en un lp de bacharach y de prefab sprout, into the strait tiene unos teclados que podrían haber pertenecido antes a felt, y life less true cierra con un leve arrebato de intensidad un disco que no vamos ni queremos olvidar, y que sitúa al grupo, y a su líder gary olson, entre los grandes del pop de los últimos diez años.
clutching stems lo veníamos soñando desde hace años y ahora por fin lo tenemos aquí. y es incluso mejor que como lo imaginábamos, realmente emocionante.
12/7/11
clutching stems, ladybug transistor (merge) 2011
Etiquetas:
discos,
manolodominguez
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crítica de la vida ya... para un disco que, hay que decirlo, también es grande
ResponderEliminarManolo, cada vez haces menos críticas (y no, esto no es una llamada de atención), pero cada vez las haces mejor
Preciosas palabras que me generan ansiedad. Ya lo tengo en repeat. ¿Otro disco del año más?
ResponderEliminarGracias, Ignacio
para mí de momento hay dos, este y el de los pains (again).
ResponderEliminarEn Vinilo en Septiembre leo en el twitter @grabaenelmar
ResponderEliminarno podia expresarlo con mas lucidez que tu. El album trasciende.
ResponderEliminarpues es una gran noticia lo del vinilo. no me apetecía nada que para una maravilla como esta me tuviese que conformar con el cd.
ResponderEliminarSólo dos, yo este año llevo bastantes (como siempre) pero me extraña que no incluyas el de Brown Recluse.
ResponderEliminarel de brown recluse puede ser el tercero, pero creo que un escaloncito por debajo de estos dos.
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