mereció la pena ir al azkena por ver a...

la verdad es que había que rascar un poco en el cartel del azkena de este año entre ese marasmo de propuestas heavies y rockabillies para encontrar cosas de nuestro target, pero bueno, visto lo visto, las hubo. mereció la pena desplazarse hasta vitoria para comprobar cómo el festival en el que el año pasado vimos a bob dylan ha cumplido ya diez años y que lo han dado todo para que esta edición fuera la mejor y la que más público trajera (especialmente el jueves) hasta la capital del país vasco. a continuación paso a detallar los cuatro conciertos que más ganas había de ver por aquellas tierras:
eels
hice por verlos en su gira por aquí de hace unos meses, pero al final por una cosa o por otra no pudo ser, así que había que conformarse con un minishow de festival que sabía a gloria. no fue ni una hora, pero mark oliver everett lo dio todo en la solina (aunque hacía fresco) de la tarde del jueves en el escenario grande. cuando se ponía más blues la cosa ganaba enteros y se llevaba al público de calle. el show se centró en los últimos discos y tuvo momentos álgidos como ese tremendous dynamite donde canta eso de yo soy el hombre lobo. fue correcto ya que no se podía esperar más de un show de 50 minutos de eels al aire libre a las seis de la tarde

the avett brothers
la gran sorpresa del festival me la han brindado estos dos hermanos de carolina del norte que responden al nombre de the avett brothers. scott y seth tocan en sus conciertos con delicadeza, como si fuera la primera vez que lo hacen y rodeados de unos músicos estupendos (atentos a ese violoncelista de origen asiático). canciones como kick drum heart sonaron apoteósicas y llenas de vitalidad y aunque parecía que se les iba de las manos el concierto por los momentos más íntimos en plan brokeback mountain, supieron remontar en el momento justo para hacer una recta final de un show que nos costará olvidar
band of horses
también nos costará olvidar mucho tiempo lo de band of horses. el grupo de seattle no se anduvo con rodeos y tiraron de potencia de guitarras desde el primer momento de su concierto. calentando el ambiente a base de folk psicodélico y de power pop eléctrico, el quinteto se metió al respetable en el bolsillo con interpretaciones magistrales de canciones como laredo o sobre todo the funeral. conciertos así hacen muy feliz... y pensar que en aquel primavera sound pasé de verlos y todo el mundo me los recomendaba. probablemente el mejor show de lo que he visto en lo que va de año

bright eyes
de primeras era de largo el grupo que más me apetecía ver del azkena pero ya desde su salida al escenario, los de conor oberst me insuflaron una cierta sensación de decepción. quizá fue la pose demasiado estrella(da) de su líder, o quizá fue que no me he empollado lo suficiente los últimos discos del proyecto de nebraska. su música, todo hay que decirlo, cada vez me recuerda más a death cab for cutie, intentando buscar esa grandeza en el pop por medio de momentos épicos. y yo que esperaba algo de aquel olvidado digital ash in a digital urn...

me queda un buen sabor de mi paso por el azkena de este año, la verdad. los bueno ratos con amigos y conocidos siempre hacen que aunque haya cosas que no te gustan del cartel, esté bien eso de ir de festival. ah, una ilusión/deseo de todos los que estábamos por allí era que el año que viene traigan a motörhead (¿serían guiños las cosas de la imagen del festival?)