pop radical, atomizador (gssh! gssh! - chingaste la confianza) 2011

un jueves dejé mi copia de pop radical sobre la mesa del comedor con la persiana entreabierta en la ventana de al lado y me fui unos días de mini-vacaciones. encima de la carpeta del vinilo estaba el trocito de papel con el dibujo que haz nos regaló a los primeros compradores del disco. el lunes, al regresar a casa, comprobé atónito cómo el sol se había comido parte de esa portada marrón con ilustración en marrón más oscuro, pero justo el trozo que quedaba debajo del dibujo seguía incorrupto…

esa sensación de alucinación al ver cómo el color se había desvanecido de semejante portadón es la misma o muy parecida a la que se le queda a uno la primera vez que se escucha este pop radical, porque lo de perder colores también puede ser muy pop y muy radical, o algo así decían prisma en llamas en una de las canciones de su fantástico 10” del año pasado. pop radical es solo una voz, una guitarra y un ukelele, algo mínimo para dar todo lo que se da en los escuetos dieciocho minutos que tiene este disco

pop radical te atrapa desde el segundo uno, te cubre con su manto de mínima instrumentación y te va llenando de buenos momentos a medida que van pasando las pequeñas piezas que contiene. se aprecian diversas partes, desde los temas que van en la cara a, grabados en enero de 2011, sin duda los mejores del disco, hasta los que encontramos de 2006 y 2007 en la cara b, un pelín más expansiva y con un final de absoluta lisergia. hay temas propios, todos sin título y temas prestados, por ejemplo de brian eno o de daniel johnston, en todos brilla algo con una luz especial. me gusta lo de ukelele-core a lo que hacía referencia el otro día para definir el estilo de este disco, dice mucho sin decir nada y no pretende engañar a nadie, porque la opción tan libre de hacer un disco con una guitarra y un ukelele es sin duda lo que más caracteriza a este increíble viaje que lleva por nombre pop radical

voces que se pierden con otras, en ocasiones formando algo parecido a coros, rasgueos de guitarra, momentos más inquietantes y otros más psicotrópicos dan forma a un trabajo que no pierde el tiempo en detenerse en pensar si es o no un disco convencional, pero que resulta totalmente alucinante a la vez que sitúa a atomizador como uno de los proyectos revelación del momento y muy a tener en cuenta de la música hecha aquí en este 2011