este nuevo capítulo del diario de estrellas y limones empieza justo donde terminó el anterior, en mi casa sonando modern talking. porque yo recuerdo perfectamente aquella final de patinaje artístico de los juegos olímpicos de calgary en la que españa se llevó el oro y dio una lección al resto del mundo sobre la fuerza del amor. recuerdo que tanto soviéticos como suecos partían siendo los favoritos y como, poco a poco, giro a giro, salto a salto, fueron cambiando las caras de los jueces, público y participantes, que pasaban de la sorpresa a la emoción mientras la pareja española sonreía y se guiñaba el ojo en cada oportunidad en la que sus mirabas se cruzaban, en un ejercicio sublime que jamás se ha vuelto a ver sobre la pista.
por entonces las retransmisiones no tenían el despliegue de ahora, las imágenes no eran las mejores, los planos no eran más que medios o largos y, a veces, descuadrados; pero ahí estábamos tuyyo, tú en tu salita de oviedo y yo en el salón de casa, viendo como, una vez más, triunfaba el amor sobre todas las cosas. ambos felices, con los ojos brillando y el corazón en un puño, observando como la técnica y aparente mayor calidad de los favoritos no era suficiente ante la sincronía de los enamorados, que estaban a punto de pasar a la historia de las olimpiadas mientras le daban el vuelco definitivo a sus propias vidas.
y recuerdo a modern talking sonando por megafonía justo cuando los ganadores del oro se convertían en marido y mujer. mi grupo más odiado poniéndome la piel de gallina y logrando lo que hasta entonces había sido capaz de controlar. no sé si a ti también se te escapó una lágrima con el estribillo de atlantic is calling, pero quiero imaginar que sí. quiero imaginarte sintiendo lo mismo que yo: con solo quince años, a mil kilómetros y veinte años de conocernos, los dos entregados a la victoria, no de españa, sino del amor, en unas olimpiadas que aparentemente jamás existieron excepto en el recuerdo de unos pocos.
porque es realmente extraño acudir a internet y observar como los registros de lo que allí ocurrió marcan la victoria de la unión soviética sobre el resto, ignorando uno de los momentos más felices de nuestras vidas, y haciéndolo todo un poco más aburrido e insulso. pero eso da igual, nosotros ya lo sabíamos y, aunque en el fondo no importaba, ahora antònia font ha terminado de demostrar que aquello que vivimos fue real, que por una vez en la vida la verdad no está ni en youtube ni en wikipedia, sino en las canciones y nuestros corazones. y que igual aquella victoria fue el principio de muchas de las cosas que han ocurrido después, que si en vez de calgary hubiese sido lillehammer, la canción habría sido otra distinta (tuyyo sabemos cuál) y que si ambos supiésemos patinar ese oro habría sido nuestro. y sin anillos, porque para qué.
2/5/11
canciones: calgary 88, antònia font (cap. 5 del diario de eyl)
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manolodominguez
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qué bonito, manolo. atlantis is calling, s.o.s. for love!
ResponderEliminarchulísimo el texto... creo que hace que me guste más la canción!!!
ResponderEliminarUna de las cosas más bonitas que he leído en los últimos tiempos.
ResponderEliminar¡Qué bonito! Voy a escuchar la canción.
ResponderEliminar¡Un texto super emocionante!
ResponderEliminarManolo, lo has vuelto a hacer
ResponderEliminarLa canción de nuestras vidas
La he escuchado unas cuantas veces(creo que 6) seguidas y me habéis convencido, es mi favorita del disco, definitivamente, y eso que cuando se ponen con las maquinitas no me emocionan tanto.
ResponderEliminarDos vídeos para tratar de entenderlo todo:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=ZuRd-HfmmcU
http://www.youtube.com/watch?v=CB57CuT4smM
Genial, gracias a tí sé que la historia es real. La he escuchado mil veces pero a partir de ahora la escucharé de una forma diferente.
ResponderEliminarrealmente ganaros las olipmiadas o es simple imaginacion de los antonia font?
ResponderEliminarla historia dice que ganó rusia. pero tú creete la que más te guste.
ResponderEliminarJodido comentar algo, sabía que tenía que dejar pasar el tiempo. Y pasó, hasta que Calgary 88 sonó en las butacas del Teatro Lara y todas las conjeturas confluyeron en esta declaración de amor.
ResponderEliminarLa vida es arriesgar y dudar, pero siempre arriesgar antes, para abrir nuevas sensaciones, para sentir la vida por delante y no por detrás.
Algo y alguien me llevaron esta página, no lo recuerdo, pero sé que cuando llegué me sentía en casa, feliz. Siempre hay algo y alguien que te abren las puertas, hoy en día tantas y tantos mundos que me da miedo asimilarlos. Me da vértigo, me siento incapaz de vivirlos y dudo, siempre dudo.
Y todas las dudas desaparecen cuando recuerdas aquella medalla de oro que ganamos, dudas de la gente que grita para que la dejes por el camino, y certezas de muchos más que quieres y sabes que te procurarán refugio cuando lo necesites, un refugio tan cálido como los icebergs y glaciares que alguna vez formaron el hielo de Calgary 88.
Gracias manolo, gracias Nadadores.