28/2/11

kaputt, destroyer (merge) 2011

siempre me ha dado algo de miedo que el continente me distraiga del contenido. una tontería como otra cualquiera porque, en realidad, todo debería contar a la hora de emocionar. pero a veces me obsesiono con poder diferenciar perfectamente una parte de la otra, y aquí el personaje, daniel bejar, me tiene ganado desde aquel southpop de 2007 donde, a solas con su guitarra, presentaba en acústico destroyer's rubies, mencionaba a carlos cano como influencia gracias a su estancia en málaga y hacía chistes con su lata de cerveza vacía.

el tiempo ha pasado desde aquel concierto, la sombra de bowie que tenía entonces instalada ya ha desaparecido de su espalda, e incluso nos ha dado tiempo a olvidarnos del menos acertado trouble in dreams que se publicó hace unos tres años. ahora llega kaputt, por sorpresa, para que comprendamos que destroyer, además de caer bien, puede hacer muy grandes discos, que la cima no estaba en your blues o destroyer's rubies.

dan bejar se ha empapado en este disco del pop que en los ochentas trascendió del underground al mainstream, de prefab sprout, de roxy music, de marvin gaye, y, sin perder ese punto de frikista experimentación, se descuelga con su gran álbum, ese que debería encumbrarle como uno de los grandes creadores de hits. basta para ello escuchar blue eyes y esos coros para bailar con la lágrima en los ojos, kaputt, con su estribillo perfecto y su saxo imposible o song for america, espejo actualizado de pistas de baile de hace treinta años. canciones que parecen mostrar una cara diferente de alguien que en cualquier caso no se olvida de quién es y de su gusto por complicar las cosas y mantener un punto lo-fi en todo lo que hace. como en esos temas largos, larguísimos, con interludios que casi se pierden en terrenos new age para, de pronto, explotar y hacernos tocar el cielo con una melodía que pareciera escrita por alguno de nuestros intocables (los veinte minutos del tema exclusivo para el vinilo, the laziest river, son el mejor ejemplo).

sí, kaputt puede no ser perfecto, incluso criticable por más de un desvarío aor, pero sabe tocar fibra cuando quiere y pasar de un extremo a otro con tal facilidad que casi siempre coge desprevenido. es demasiado extraño para ser mainstream y lo suficientemente clásico para traspasar las fronteras del indie. el disco que podía ser y no terminaba de serlo de destroyer. un clásico del siglo veinte en pleno siglo veintiuno. y, de verdad, creo que aquí no me estoy equivocando al decirlo.

5 comentarios:

  1. A mí es que me parece demasiado AOR este disco. Yo era muy de "Rubies"

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  2. Desde mi punto de vista no te estás equivocando, en absoluto. Estamos en 2011 y no sé si llegara a tiempo para que entre en las listas de la década, pero estoy seguro que muchos años después, será uno de los discos imprescindibles de cualquier revisión de fundamento sobre la música moderna.

    Lo mejor, deleitarlo sin etiquetas, porque es un disco tremendamente disfrutable, de los que te hacen feliz, vamos.

    Saludos, Ignacio

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  3. Discazo de flipar.

    Ya hemos reivindicado todo lo reivindicable, ahora le toca el turno al AOR, lo cual, friamente, es más punk que el propio punk.

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  4. yo creo, nacho, que este disco es sensiblemente superior a destroyer's rubies. y aquí el punto aor está premeditado y muy bien controlado.

    vamos, que un disco de michael bolton o bon jove no es.

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  5. No, claro que no es eso, ni mucho menos, no me voy yo por esos derroteros. Sólo quiero decir que para mi gusto se le ha escapado un poco la mano con el tema del AOR, y eso a mí es algo qu eme acaba chirriando. Me parece un muy buen disco, pero no es MI disco de Destroyer, o al menos no es el disco de Destroyer que me apetece escuchar ahora, solo eso.

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