essex arms, darren hayman & the secondary modern (acuarela) 2010

si en la crítica del anterior disco de darren hayman & the secondary modern, pram town, se me ocurrió comentar que el ex-hefner no dibujaba ni describía sus paisajes, sino que más bien los retrataba, con este segundo trabajo bajo el mismo nombre habría que cambiar un poco la perspectiva porque parece que darren le ha pillado el gustillo a eso de firmar con su propio nombre y ha optado por sumergirse mucho más en sus canciones, dejando el papel de mero narrador y jugando a darles un cuerpo, una vida más allá de una letra y unos acordes de guitarra o ukelele

essex arms podría (o quizá esté mejor decir ‘debería’) pasar ya de buenas a primeras a ser el gran trabajo de darren al margen de hefner, el que lo catapulte a su inmerecida lista de olvidos y negaciones por parte del mundo en general. porque es con este trabajo con el que darren se nos ha destapado y nos ha dejado acceder a su universo de una manera mucho más amable y simpática de a lo que nos podía tener acostumbrados. y aunque él se empeñe en decir que con pram town retrataba una ciudad y ahora con este retrata el campo, hay mucho más que eso

y es que con essex arms darren decide darle la llave al oyente para que explore en su jardín, en su porche, en la puerta de entrada de su casa e incluso desde sus ventanas, toda una concesión al pop en letras mayúsculas que nos ha pillado por sorpresa. ahí están temas como calling out your name again, winter makes you want me more (titulazo donde los haya), i’ll be your alibi o la grandísima para cerrar nothing you can do about it, toda una apertura de miras, con un pequeño componente folk (he ahí el campo) y unas ganas de contar cosas normales absolutamente preciosas y necesarias, sin recurrir a las medias tintas y con temas directos y sin que tengamos la sensación de que sobre ninguno

y sí, bien es cierto que el disco empieza con un tema que podría tender a la tristeza llamado be lonely y que podría desarmar la teoría de que con este disco su autor quiere sonreír de una vez, pero quizá con esto darren hayman nos quiera hacer ver que todo eso ya es parte del pasado, de un pasado heroico, sí, pero pasado al fin y al cabo