el verano de 2003 estuve tan enfermo que me quería morir. sin más ruptura que la de uno por dentro, julio, agosto, septiembre y casi octubre fueron meses que derretían el suelo hasta el punto de no dejarme avanzar. puedo recitar de memoria cada minuto que pasé en aquella maldita habitación deseando solo llegar al siguiente. un minuto más y uno menos hacia ninguna parte. todo un verano así, que cuando me dí cuenta incluso se había colado en otoño sin que nada cambiase.
y no, zola y su precioso disco de debut no tuvieron en absoluto la culpa, pero su escucha fue tan continuada, tan subjetiva y tan obsesiva, que estuve mucho tiempo sin querer saber nada de él. siete maletas es, sin duda, el disco del verano que estuve enfermo. y eso es como una cadena perpetua para alguien que no ha cometido ningún delito. durante aquellos días la belleza de todas y cada una de sus canciones fue aprendida por mí a base de desidia y de apatía. se colaban como cuando te obligaban a leer en el colegio tus libros favoritos. en el fondo los amaba pero odiaba aprendérmelos de esa forma.
por suerte, el tiempo ha pasado, las cosas han cambiado y ahora incluso suena más bello, menos triste, y mucho más disfrutable. siete maletas era la maldita canción alegre en mitad del disco y ahora es gloria. sus ecos de los beach boys son más directos y cristalinos hoy que antes. y su vitalidad enamora y se contagia. y justo detrás vienen abril, trece también y uno dos y tres. las tres canciones que me hicieron fan de zola gracias a sus maquetas. todo el disco es inmenso: veraniega, mi regalo, atlántico, canción de invierno nº2 con ese título tan le mans… y aquel verano que estuve enfermo, que ahora que no duele como antes, es incluso más grande de lo que ya lo era, con el minimalismo glorioso de aquellas marine girls y el mar cantábrico (sea el que sea no puede ser otro) sonando de fondo.
siete maletas ha vuelto, siete veranos después, y resulta que aún me faltan palabras para decir la maravilla que es y lo importantes que fueron zola (ahora ya disueltos) en mi vida. ¿cómo se da las gracias sin agachar la cabeza y ponerse rojo de vergüenza?
2/8/10
recordando discos: siete maletas, zola 2003
Etiquetas:
manolodominguez,
recordando discos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Pues mira, fue un disco que terminó por desinflarse para mí y que en un principio me encantó, pero lo retomaré a la vuelta de las vacaciones porque creo que puede haber ganado con el tiempo.
ResponderEliminarSi se me permite, el último gran momento de Jabalina, hasta Parade y Klaus.
ResponderEliminarMe ENCANTA ese disco. Mucha gente pone verde a ZOLA sin apenas haberlos escuchado y eso me saca de quicio.
ResponderEliminarY su segundo disco es también una preciosidad. Una pena que pasara aún más desapercibido, porque son dos de las grandes joyas perdidas del POP en Español.
pues yo lo compré, pero nunca le presté la suficiente atención...pero eso lo voy a remediar en este verano...
ResponderEliminarjavi, seguro que te gusta, dale una nueva oportunidad
ResponderEliminaryo al que tendría que dar una nueva oportunidad es al segundo, que le compré con mucha ilusión y luego a penas le escuché, en las primeras escuchas se me hizo muy monótono y quedó abandonado en la estantería...
ResponderEliminara mí es que sentí que en el segundo se perdía ese punto de bossa, pop y chanson y era como más bacharach, más orquestal, y no me emocionó tanto. pero es también un disco muy bonito.
ResponderEliminarGracias a todos de nuevo.
ResponderEliminarGabi.