los veranos y los días, dotore (cosas primo) 2010

el calor, a veces asfixiante y a veces no tanto, los rayos de sol que entran por la ventana, los acordes de cello, los restos de arena y de sal en la piel, las camisetas de manga corta de colores vivos, una voz portentosa que deja anonadado, la crema con protección solar, las dos hamacas de la terraza, los estribillos bonitos, pero bonitos de verdad, las gaviotas que se apoderan de la playa, los pies mojados en la orilla… toda esa enumeración jamás nos podría hacer pensar en la melancolía estival, ¿o quizá sí? da igual, dotore lo consigue con sobresaliente amplio en su segundo trabajo, los veranos y los días, que acaba de llegar pero que parece llevar entre nosotros toda la vida entre junio y septiembre

el nuevo disco de dotore se recrea en unos paisajes bellos, de esos que a muchos se nos ocurren en momentos increíbles pero que luego a nadie se le ocurre plasmarlos en canciones como las de este disco, algunas simplemente magníficas como nadie llora en nanjing (¿quién no ha sentidos los pelos de punta solo con escucharla una vez?) o la mañana, con ese atrevido y emocionante recitado. y es precisamente ahí, en el retrato de esos momentos comunes, todos asociables al verano, en los que dotore se matricula con nota altísima. el verano tiene otras cosas, también tiene esos pequeños dramas que apreciamos en la conversación, o ese momento de interludio casi al final de agosto, lorea… todo aparece retratado con acierto máximo en esta serie de doce canciones que nos recuerda a red house painters, sí, pero también, por qué no, a artistas de aquí y de ahora que están haciendo obras más que interesantes como bigott o roldán

sí, sabemos que se nos nota que en la página de la nadadora estamos entusiasmados con el nuevo disco de dotore, pero nos da igual que se nos vea el plumero, las grandes obras están ahí para ser reconocidas. si ya con demonios del otro lado del océano, también editado por el más que genial sello de san sebastián cosas primo, pablo martínez sanromá creaba una obra mayúscula del pop hecho aquí, con los veranos y los días consigue superarse y esperamos que también consiga llegar a todos los que antes, por desconocimiento o por lo que sea, no quisieron o no pudieron escucharle