blacanova, blacanova (foehn) 2010

estoy en la cama y, de fondo, en un reportaje de tve de hace casi cuarenta años se ve la entrada del cine regina. la gente comenta sus impresiones sobre una película de truffaut mientras salen de la sesión. algunos miran a la cámara y otros siguen su camino obviándola. no se entiende lo que dicen, solo alguna palabra suelta entre un murmullo grabado en super 8. ellos se alejan y la voz en off de juan bollaín empieza a hablar sobre la sevilla de la transición, el jueves y la alameda. sobre las mismas cosas que hoy. la misma alameda que hay hoy.

de pronto se corta la grabación con un fotograma rojo, cierro los ojos y me encuentro en una escena donde aparece alejandra pizarnik junto a un bote de seconal. yo soy alejandra pizarnik. tengo miedo y una extraña sensación de felicidad. justo la felicidad que se puede tener cuando uno, al fin, va a convertirse en su propia obra.

abro de nuevo los ojos y solo está la pared del techo. sé que mientras no los cierre la araña que se esconde en una esquina esperando su momento no podrá devorarme como aquella que se merendaba a robert smith en lullaby. sé que la culpa es de la cena y de poner una y otra vez todos esos discos que se escuchan con la médula espinal. sé que solo tengo que dejar de ser yo para volver a sentirme completo, perfecto, vacío. sin embargo, prefiero seguir así, observando fantasmas, bebiendo colonia y masticando fotogramas. dejando para mañana la calma de una vida sin las canciones de blacanova. sin serie b, sin la piel dura, sin bonito agujero.

a veces uno se mete tanto en el papel que se olvida de la tercera persona. y a mí escribiendo este texto se me olvida que estamos ante un debut y que las diez canciones del cd de blacanova no han estado siempre aquí, que seis pies aún no existía cuando yo estaba obsesionado con compito, ni serie b sonaba en mi reproductor entre la montaña más alta del mundo y souvlaki. pero creo que eso es lo que lo hace tan grande, que este no es el primer disco de una nueva banda aficionada al pop etéreo de guitarras solapadas con alguna de las mejores letras que me he encontrado en la música nacional en años, sino la obra poética que yo quería ver escrita en mi olivetti heredada y que al final me la he encontrado en un cd, obsesivo por lo que cuenta y obsceno por a dónde llega. justo donde ni tus verdaderos amigos han estado jamás.