el secreto de jeff lynne siempre estuvo escondido detrás del barroquismo excesivo de sus arreglos, siempre con la etiqueta del rock progresivo a cuestas, y bañado por una capa lo suficientemente empalagosa de almíbar melódico que le hacía situarse en un lugar del universo musical que al parecer resultó ser excesivamente hortera para los puristas y demasiado purista para los horteras. una marca imborrable en la frente de jeff que ha impedido que sus canciones sean reivindicadas como merecen, excepto para algunos (como el implícitamente ya citado guille milkyway) que nos han abierto los ojos a quienes, como yo, se dejaban llevar por las malas lenguas de los mentideros populares.
pero subsanar ese daño histórico no es sencillo, porque la discografía de la electric light orchestra es como un merengue bañado en miel. imposible de tomar si no es muy de a poco, sabiendo controlarse y como atacarlo. entre su amplia discografía puedes encontrarte con coros calcados a los de los queen más bohemios, con peligrosos desvaríos sinfónicos, con terribles experimentaciones progresivas… casi con todo un catálogo de tus terrores musicales favoritos que andan mezclados con otras maravillosas composiciones que abrazaban la música disco y el pop más pluscuamperfecto y te hacen pensar durante unos minutos que la e.l.o. podrían haber sido la mejor banda de la historia con un poco de control.
por eso yo siempre disfruté su música por canciones, el fílmico xanadu interpretado a medias con olivia newton john, el clasicismo negro de evil woman, la belleza pop de sweet talkin’ woman… y todo discovery. porque abrumado por las circunstancias, en su día elegí un disco para tenerlo de cabecera eléctrica y ese fue este. un álbum en el que la banda se empapó de cultura disco y casi sumó solo aciertos.
shine a little love abre la cara a con un falsete que les deja a centímetros de los bee-gees y que suena a magia disco, confusion son las décadas de los sesenta, setenta, ochenta y noventa en una sola canción, last train to london tiene un punto entre funky y pop que podría situarla perfectamente en el podio de toda la discografía de la banda y a midnight blue y the diary of horace wimp me gusta imaginármelas como las canciones que habrían hecho los beatles por entonces de no haberse separado años antes. prácticamente todo discovery parece escapar del ejército de fantasmas que siempre les persiguió y se queda en mi mente como el lp a reivindicar de una banda que me gusta redescubrir de vez en cuando y que tiene en esencia eso que la casa azul definió como el secreto de jeff lynne y que no es otra cosa que la magia del pop de melodías perfectas. la que llevamos años buscando en nuestras vidas y al final siempre encontramos en la música.
25/2/10
recordando discos: discovery, electric light orchestra 1979
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manolodominguez,
recordando discos
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ResponderEliminarNo debería dejarte jugar en esta División, me siento como si me hubieran robado en mi propia casa, pero si yo tengo derecho a adueñarme de vuestra música, vosotros podéis hablar de la ELO.
ResponderEliminarLivin' Thing, single que sigue sonando muy cascado en casa o el Discovery enterito son gemas de un pasado tan adolescente que escondes como el acné, como a Kate Bush o el primer disco que me compré: Aloha from Hawai de Elvis. Pero no sirve de nada esconderse, la verdad siempre sale a la luz y tu reseña me enorgullece y me da alas, para recuperar un disco inolvidable: Face the Music o para acordarme de como manoseaba el Out of the Blue en el metro camino a casa después de dejarme un pastón en Discoplay (y sólo compré ese disco).
Jeff fue un genio que se perdió en los arreglos, pero era demasiado mayor y demasiado artista para jugar a ser The Police y demasiado pop para entretenerse por los pentagramas de Genesis. Jugó a lo que le gustaba y no le salió mal, vendió muchos discos, yo se los compré y siempre le adoraré....
pues sí, soy un impostor que ha hecho suyo un papel que no le correspondía. pero si ha servido para tener este comentario tuyo, me siento muy orgulloso de haberlo hecho.
ResponderEliminarMe acuerdo que, cuando salió este disco, la ELO estaba considerado como un grupo plastín tirando a horterilla y, sobre todo, popular que te cagas. No había radio fórmula ni bareto ni discopub ni boite ni fiestuqui en donde no sonara el dichoso LP. Yo estaba queriendo ser cool y, así y todo, me lo compré de tapadillo (para no quedar mal entre la peña)y --- (atenciòn: confesión!) -- me encantó. Esos arreglos barrocos, esos sintetizadores salvajes, esos coritos me transportaban al universo de escenarios de naves espaciales y luces que sólo podía disfrutar en la pantalla de la tele y que me moría por ver (aunque nunca pudo ser).
ResponderEliminarLuego me hice amigo de un chaval que se llamaba Paco y que me dejó algunos de los discos anteriores de la ELO (que su hermano mayor tenía) y seguí explorando el universo Lynne. Ahora, fuera de ataduras adolescentes, rescato de vez en cuando algunas de esas cosas y pienso en aquellos días de patio de colegio, cuando discutíamos sobre si la ELO era mejor que Alan Parson o Elvis Costello.
Hace unos años vi que actuaban en las ferias y fiestas de Ciudad Real (¡¡¡ verídico !!!!), y me hizo gracia ver lo bajo que han llegado desde aquellos días de gloria, aunque me temo que lo que en su día fue pachanga, ahora se lo llama kitsch y es fruto de reivindicaciones, y estoy seguro que nuestro Jeff Lynne no vino a La Mancha, sino que lo más probable es que viniera la 567ª reencarnación de un grupo que - como otros muchos - tuvo su punto álgido tiempo atrás y que cayó en las más profundas de las miserias poco después. Snif, snif ...
Aquí otro fan juvenil de la ELO, pero que ahora, si es posible, lo es más. De su búsqueda del espíritu de McCartney y de la explosión tecnológica de los 70 hizo Jeff Lynne una carrera que para mi sigue sin tener grietas. También pongo a Discovery por encima del ruesto de su discografía, debería haber sido su último disco porque en él clavan todas las melodías y rizan el rizo del disparate arreglístico, coros con vocóder, etc. No me olvido del primero, de una ELO justo después de acabados los Move y con Roy Wood al mando y que es un apoteosis sinfónico que mola bastante.
ResponderEliminara mí este disco me cogió con 8 años y, claro, lo dejé escapar. pero gracias a los ocnsejos de quienes han escapado de los prejuicios (como vosotros) he conseguido recuperarlo.
ResponderEliminarde su discografía me falta mucho por aprender, pero incluso de su primera época más sinfónica rescato auténticas joyas.
y lo de mantener los nombres y solo los nombres de algunos grupos... por ejemplo creo que por ahí andan unos brincos sin un solo miembro original. alucinante.
Yo los cogí con Time (1981) donde se sacudían las querencias disco e intentaban abrazar la new wave, y he de decir que este y el siguiente (Secret Messages, 1983) son mis favoritos. Por supuesto, son un grupo de singles. Lo mejor suyo son los "best of". Que viva la ELO.
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