todos los ademanes, kiev cuando nieva (AA records) 2009

como quien no quiere la cosa, estamos ya ante el segundo álbum de este grupo de huesca (tercero si contamos entre ellos su primera maqueta de lujosa presentación artesanal), que podría formar, junto a roldán, la cara más amable del sello de la doble a. cuatro años desde su primera referencia y de momento la fórmula sigue intacta, pop calmado que coquetea con el folk y se cuela con delicadeza, letras ingeniosas que parecen utilizar el surrealismo en pos del costumbrismo y esa marcada personalidad que se le supone ya a cualquiera que grabe en AA records.

de todo esto nace todos los ademanes, el disco donde kiev cuando nieva suenan mejor, más compactos, más convencidos de lo que hacen. menos pendientes de lograr esa canción que convenza a la primera (aún así procedimiento o sal lo consiguen casi sin esfuerzo) y mucho más implicados en convertirse en una banda con un sonido propio e identificable.

y tal vez esa pérdida de amateurista inmediatez que tenía todo lo precedente ha hecho que, al menos conmigo, las nuevas canciones de kiev cuando nieva no calasen tan pronto como sí lo hicieron en su día hacia las tapias, ermita o esquimal, algunas de mis favoritas de los cds anteriores. pero aún así, a pesar de no encontrar en una primera escucha lo que andaba esperando, había algo en todos los ademanes que me pedía volverlo a poner una y otra vez: mientras leo algo, cuando estoy con el ordenador, en el autobús camino del trabajo, en el sofá con los auriculares para aislarme de lo que me rodea... en cada escucha un nuevo detalle, un estribillo que andaba perdido, una estrofa imposible, algo que le hace crecer y que me hace pensar que, a pesar de la inercia actual de escuchar música como quien usa un kleenex, acerté plenamente cuando decidí que aquí había que volver a esos tiempos en los que un disco se aprendía y no se ojeaba.

y así fueron llegando congreso con su aire country, la melodía arrastrada de orilla, la delicadeza de el seto divide... los detalles de un disco que confirma a AA records como el sello de los grupos que saben decir sin gritar. que entienden que un buen argumento no necesita un volumen alto. que la música es cosa de tiempo, como cuando nos crece el pelo estudiando.