received pronunciation, pants yell! (slumberland) 2009

sigo en mis trece. sigo empeñado en pensar que pants yell! son el mejor grupo de pop del momento. por encima de todo. de modas y hypes, de revoluciones e involuciones, de escenas y contraescenas, de objetividades y titulares de prensa, de lo que piensen los demás y lo que me digan que tengo que pensar yo. lo siento así desde alison statton y lo corroboro con este, creo que aún mejor, received pronunciation.

pants yell! son el hombro al que me arrimo cuando me acuerdo de the go-betweens o the aislers sets. un grupo que ha conseguido quedarse a mitad de camino donde la mayoría se empeñan en parecer demasiado duros o demasiado twees, que tienen una facilidad pasmosa para encontrar el punto justo, sin que la obsesión por pertenecer a algo concreto les haga dejar de ser ellos mismos. porque si algo se critica, con razón, en esto del indiepop es la falta de personalidad, la obsesión por calcar estructuras ya trazadas sobre el papel y la facilidad para indentificar y situar lo nuevo dentro lo existente. pero los de massachusetts tienen suficiente personalidad para salir airosos de la prueba del papel de calca.

hay influencias, claro, pero aquí la calidad de las canciones, el buen gusto, la calidez de su sonido y la gran capacidad para recoger y asimilar les convierte en, ya he dicho y me reitero por si acaso, la mejor banda pop del momento. y creo que este, su cuarto álbum, es el mejor ejemplo de ello.

más enérgicos que su acústico arranque con aquel songs for siblings editado en asaurus records y más en la línea de los dos siguientes, donde han combinado fiestas de sábado y resacas de domingo con tremenda fluidez, pants yell! aparecen aquí extremadamente adictivos en got to stop someone loves you, to take y marble staircase, magníficos en el medio tiempo con cold hands, not wrong y rue de la paix, y más relajados en frank and sandy y spider. nueve canciones y veintiseis minutos que me los esperaba grandes desde que slumberland anunciara su publicación para este noviembre, pero que aún así me han sorprendido hasta lograr que, en pocas semanas, lo haya situado como mi preferido de la banda, del año, y quien sabe de qué más. y después llegaran las sesudas listas hechas con la cabeza y las ganas de epatar, pero el corazón me grita el estribillo de you got to stop y no deja concentrarme en otra cosa.