no estoy acostumbrado a asistir a conciertos como el del miércoles. más de mil personas tratando de ver hasta a tres o cuatro grupos diferentes a la misma vez. con atlas sound el público simplemente se dividía entre quienes conocían su proyecto en solitario y quienes no, pero con the pains of being pure at heart la cosa se disparaba en mil direcciones: muchos buscaban el hype salvador, otros a la banda indiepop del momento, algunos venían con el catálogo de deudas del pasado preparado y yo buscaba hacer justicia con quienes más me llevan aportando desde aquel cd-r en cloudberry records de hace no mucho.
y exigirles todo eso a cuatro chavales de nueva york que hace unos meses (y unos días incluso) estaban tocando para cincuenta personas y publicando sus primeras canciones en ediciones de cien o doscientas copias creo que es excesivo. the pains of being pure at heart no están aquí para salvar la música del siglo veintiuno, hacernos olvidar a my bloody valentine, black tambourine, pastels, shop assistants, sea urchins o cualquiera que sea tu banda favorita del indie de los ochenta o ser portada de las revistas más trendy del momento. ellos no son culpables de que internet haya disparado el impacto de un disco que en condiciones normales habría quedado para los mismos de siempre y se les esté exigiendo ser lo que no son.
por eso yo solo les quería pedir que fuesen los mismos pains of being pure at heart que una semana antes habían formado parte del cartel del concierto del 20 aniversario de slumberland records en brooklyn junto a crystal stilts, pants yell! o frankie rose and the outs entre otros. que fueran la misma banda que emperazon grabando con una caja de ritmos por batería y unas canciones nacidas para dejar de echar de menos el haber llegado tarde a los mejores tiempos del indiepop. y vaya si lo consiguieron, y se superaron.
con un segundo guitarra para sonar más contundentes, sin llegar a convertirse en una banda de rock (como se le pidió desde el público en una ocasión), la hora justa que duró su actuación me supo a gloria después de las dificultades que tuve desde el fin de semana para poder terminar estando en el teatro price el miércoles, virus incluidos. incluso menos amateurs de lo que me los imaginaba, creo que supieron estar a la altura de un papel que no les correspondía del todo, y me hicieron olvidar que minutos antes me quería morir de deshidratación.
tienen un repertorio de canciones incuestionable y una actitud tan cercana a la que yo le puedo exigir a mi grupo favorito que aquello fue lo más parecido a haber vivido la época dorada del indie que se me escapó en su día de las manos. a pesar del teatro, del hype, de la cerveza heineken, de los virus, de que ya nada sea igual y de todo lo que quieran. y por eso apuntaré el 18 de noviembre como si hubiera sido el 14, el día que hicieron este concierto en ny, que es en el que muchos de los que nos vimos y hablamos el miércoles (ignacio, miguel, fede, alex…) deberíamos haber estado.
y no he hablado hasta ahora de atlas sound porque su actuación, más corta, de unos cuarenta minutos, solo me llegó en dos o tres canciones. el formato acústico, de frontman con pedalera, que tanto se está vendiendo últimamente (¿no estamos empezando a aceptar en muchas ocasiones que lo económico, cachés, se imponga a lo musical con estos conciertos?) aquí no me convenció del todo, aunque partía de que logos no es un disco que yo haya disfrutado especialmente y a eso se unió el cansancio de un día bastante duro y las ganas de tener ya enfrente a los pains.
20/11/09
conciertos: atlas sound + the pains of being pure at heart, 18/11/2009, teatro circo price, madrid
Etiquetas:
conciertos,
manolodominguez
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perfecto !así fué!
ResponderEliminarMención al recinto, probablemente uno de los mejores de la capita, parafraseando un conocido slogan cervecero.
pablo dúckula.
hasta otra!
cual fue esa actitud de la banda que tanto te gustó?
ResponderEliminarsabeis que ese teatro es de emilio aragón? que lo creo para espectaculos de circo pero no va muy bien y se ha pasado a meter conciertos jejej
santeuil
pues en tres horas parto yo hacia Bilbao para verlos, no haré crónica, así que esta noche cuando vuelva comneto qué tal...
ResponderEliminarpues la actitud de una banda que empieza, que se emociona viendo tanto público enfrente, que saben quienes son y no se las dan de estrellas mediáticas, ahorrándose el próximo porrazo.
ResponderEliminaryo creo que ellos son, o intentan ser, ajenos al boom que, al menos en nuestro país, están viviendo. y eso me alegró porque pude sentir algo más parecido a lo que siento cuando veo en salas pequeñas a bandas frente a 50 personas que el stadium system de los grandes festivales. a pesar de haber vendido tantísima entrada.
y encantado de haberle saludado por madrid, pablo. a ver si hay suerte y puedo ir repitiéndolo de vez en cuando.
ResponderEliminarpor cierto, en esta dirección está el concoerto de ny, que iba a poner el enlace y se me olvidó:
ResponderEliminarhttp://www.nyctaper.com/?p=1959
Mi voz disidente.
ResponderEliminarEn primer lugar, estoy hasta las tetas de concietos indies en donde te hacen pasar por tres controles, en donde te investigan te etiquetan y te hacen pensar que estás visitando una cárcel de máxima seguridad en vez de acudir a un concierto de música. De nuevo, el coñazo del patrocinio de Heineken.
Bueno ... al grano ... el pobre Cox me daba cosita allí solito. En disco me ENCANTA, pero esa performance no era la más apropiada para ese momento y ese lugar. Yo esperaba una banda y un espectáculo más cercano al nuevo prog que una noche semiacústica y desangelada.
Y los Pains. Cuando empezó el sonido no es que fuera malo. Es que era una puta mierda directamente. ¿Habían probado sonido? ¿El de la mesa sabía lo que hacía? Era como si pusieras el disco en un tocata malo y en mono. El sonido más opaco del mundo. A la tercera canción la cosa empezó a corregirse pero nunca llego al 70% de su brillantez. No es que esperara algo BRUTAL, pero aquello era mucho más apagado de lo que a mi me hubiera gustado. Y comienzan las canciones. Aparte del MAL sonido de la cosa, el resultado en directo no difiere mucho del disco, con los homenajes correspondientes (a grupos fácilmente identificables) y la repetición de la misma fórmula una y otra vez.
En definitiva, me dio la impresión que al grupo le quedaba grande todo ello, y que de tocar delante de 200 personas en su pueblo a llenar el Price de Madrid era todo un reto.
En definitiva, me decepcionó un poco todo ello, y el grupo me pareció más cercano a la estética twee del Siglo XXI que a la propuesta shoegaze que ellos intentan plagiar.
Agh! Estos hypes!
pues yo
ResponderEliminarSÍ ESTUVE ALLÍ, EN BROOKLYN
(perdonad las mayúsculas, pero fue muy emocionante).
y no sólo vi a unos pains inmensos, bonitos hasta doler, y a unos crystal stilts algo fríos pero apañaos y a unos pants yell sosos pero correctos, y no sólo descubrí a la divertidísima frankie rose y etc... ¡es que vi a amy linton tocando henry's dress y aislers sets con crystal stilts!
están aquí:
http://www.nyctaper.com/?p=1970
uff!
con el tema de atlas sound es que es lo que pienso, y no sé si este es el caso, que por ahorrase caché se traen unos solo shows que a veces no son la sombra de lo que tienen que ser. ¿queremos a tal o cual en sala? pues sin sus amigos, que entonces no sale rentable. ¿estamos (están) priorizando lo económico hasta el punto de tener conciertos para quienes paguen bien y quienes no? pues parece que sí.
ResponderEliminary lo de los pains es que yo no puedo ver las cosas así. ¿que les venía grande la sala? pues no tiene por qué. el concierto sería el mismo en una pequeña, la culpa está en exigirles más solo por el hecho de que estén tocando en el price. además, yo no sentí que el sonido fuera tan malo, la verdad. en la primera canción sí, muy muy plano, pero después ya no.
y lo de los plagios es que tampoco lo veo así. se tira de libro de estilo, pero que no estén innovando no quiere decir que estén plagiando. y yo que sé, yo necesito canciones como las de antes, pero AHORA. y una de las bandas que mejor lo hacen, a mi entender, son los pains.
don't believe the hype!
marta, me acabas de amargar el día.
ResponderEliminarmarta, como pone en 20000000000 de grafittis en Logroño: yo tmbn t odio
ResponderEliminarbueno, pues ya he vuelto de Bilbao de verlos...
ResponderEliminarATLAS SOUND podría desintegrarse y quizá nadie se acuerde de que una vez hizo una gira con cierta marca de cerveza por nuestro país. Yo ya iba advertido de que iba a ser un truñazo de dimensiones considerables, pero no era suficiente advertencia, la cosa tomaba por momentos tintes de tragedia griega. No he encontrado ni por asomo los atisbos que Manolo dice que había de alguna canción del disco. Por momentos pensaba que no iba a poder despegarme de la valla, y eso que estábamos en segunda fila. Para la próxima vez, ¿no era mejor haberse traído al tío y anunciarlo como Deerhunter solo show? Si total...
Y bueno, THE PAINS OF BEING PURE AT HEART son unos jefes, así con todas las letras. He de reconocer que la primera vez que los vi, en el PS el pasado mes de mayo me dejaron muy buens abor de boca porque era la sorpresa inicial y porque era el momento más adecuado. Pero lo de hoy no ha estado mal, ni mucho menos. Han controlado el sonido de manera admirable, se han pasado un poco con la posturita fácil en un par de ocasiones, pero claro, eso lo pones al lado de unas interpretaciones impecables de canciones como "Young adult friction" o "Everything with you". ¿Se sabrán conocedores de que igual la próxima vez ya se habrá pasado lo efervescente de su propuesta y por eso lo han dado todo de esa manera? Y el único pero, ¿por qué no tocan "Contender"?
¿ y ramona?
ResponderEliminarbueno, "Ramona" queda claro que fue un descarte y que quedó como una cara B olvidadilla, pero "Contender" es la 2 del disco...
ResponderEliminar... y soy consciente que una gran parte del descalabro madrileño lo tuvo el de la mesa de sonido del Price. Un puto descerebrado que fastidió una gran parte del encanto que pudo haber tenido el asunto.
ResponderEliminarY no dejan de salir grupos buenos en USA pero siempre me topo con el problema de la distribución. Uno no está ya por la labor de pagar 12 dólares más una pasta de correos por un 12" EP ó 6 dólares más clavada de envío por un 7".
Es otra diferencia entre los 1986 y el 2009. Los precios actuales son astronómicos. Ojalá hubiera alguna distribuidora en donde se pudieran conseguir esas joyas a precios más asequibles. Pedirlos uno a uno es una locura. ¿Qué tal funciona el pedido directo a Captured Tracks? ¿Son fiables?
yo para compras americanas suelo ir a insound, que en una clavada de gastos de envío al menos te pides de dos o tres sellos. pero vamos, que al final la media de entre 12 y 15 euros el disco te sale.
ResponderEliminarcon captured tracks hice un pedido y me llegó. a los dos meses, pero me llegó.
Ceo que paso de pagar semejantes burradas por un EP. Con la cantidad de joyonas que hay a menos de 9 euros, le pueden dar por c**o al hype.
ResponderEliminarTotalmente.
Yo lo último de Captured Tracks y algunas cosas de sellos americanos como Goner o Slumberland las he pedido en la tienda online de Discos Humenates.
ResponderEliminarFederica, te tendrás que pensar lo del viaje a NY para la próxima primavera...
Hola a todos, llevo una temporada inconsciente...
ResponderEliminarFue un placer veros, a Manolo, a Amaya, a Federico y al resto de personajes madrileños.
Para mí el sonido fue mejorando o las cerves iban haciendo su efecto, ya que al principio era para matar al de la mesa. La puesta en escena era de lo más adecuada, yo prefiero todavía ver el amauterismo que no a los grandes divos y la única pega que pongo a los Pains es su repertorio y que encima nos dejen sin Contender, en fin!!!
Y de Atlas Sound o Bradford James Cox y sus grabaciones caseras, pues reconozco que me emocionó en tres canciones y le aborrecí el resto. Creo que si nos venden un Festival, deberían exigir los patrocinadores algo más al músico, pero bueno por 15 euros con los Pains tenía de sobra.
En cualquier caso, lo mejor fue contactar y conoceros, aunque la excusa era cojonuda, y lo peor que estuviérais pillados de tiempo para el día siguiente, porque la noche con la compaña no daba más de sí.