quedan seis días para marchar de vacaciones a asturias, como todos los veranos y navidades de todos los años desde que decidiéramos tirar definitivamente del hilo invisible para acabar juntos en la casa de invierno. desde entonces ya vamos seimpre en vacaciones; antes era yo quien subía cada vez que el trabajo y las tarifas de iberia me lo permitían.
y en uno de esos vuelos norte-sur coincidí con jorge martínez en la escala de barajas, antes de subirnos al avión que nos dejaba en asturias. habían pasado más de veinte años desde tiempos nuevos, tiempos salvajes, pero viéndole allí parecía que todo siguiera igual. en los ochenta ya tenía poco pelo, aquel día ninguno. el resto era igual. la misma cara de destroyer, la guitarra siempre cerca, las pintas de macarra de academia, con chupa de cuero incluida, y yo evitando admirarle por culpa del personaje que siempre quiso llevar a cuestas. habría estado gracioso que me hubiera atrevido a acercarme para pedirle un autógrafo, pero yo nunca hago eso, y menos a alguien como jorge ilegal. ¿me escupiría a la cara como buen rockero o sacaría una montblanc para firmarme en mi ticket de vuelo madrid-asturias algo parecido al "no vamos a rendirnos nunca" que adorna la contraportada de su primer álbum?
lo cierto es que a los ilegales siempre les ha sobrado la chulería para convencerme del todo, pero en su primera época, y especialmente en este sobresaliente segundo álbum, supieron ser rockeros y macarras sin dejar de ser inteligentes e irónicos. con letras que tenían más de una y dos lecturas, que trascendían lo obvio, y melodías que evitaban las fronteras de género y les situaba en un lugar de absoluto privilegio.
y, además, el tiempo ha jugado muy a su favor. áfrica paga emociona más hoy que antes, para siempre tiene estrofas que lo sitúan líricamente cerca de malos tiempos para la lírica, quiero ser millonario o el club de golf son brillantemente irónicas, soy un macarra sigue manteniendo la misma gracia y destruye siempre será el tema con el que luis perdió las gafas bailando pogo en el concierto organizado por el pabellón de asturias que dieron en la expo'92.
agotados de esperar el fin es sin duda mi lp preferido de los ilegales, ese que amé en los ochenta, olvidé en los noventa y recupero ahora como la gran obra que no quería admitir que es. y, también, uno de mis objetivos a localizar en las tiendas de vinilo de segunda mano de oviedo o gijón en un par de semanas, ya que mi vieja cinta grabada hace mil en casa de jose mari es demasiado poco soporte para tanta música.
9/8/09
recordando discos: agotados de esperar el fin, ilegales 1984
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manolodominguez,
recordando discos
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Auténtico disco de cabecera. Memorable la casette que guardamos también, de una actuación de Jorge para la radio, local creo,interpretando Vampiro soy, Está fascinada, y alguna que otra excentricidad.
ResponderEliminarSiempre que oigo algo de Ilegales me lo pongo como deberes, pero nunca me ha dado...
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