La muerte no suele ser un tema que abunde mucho en las canciones. Así en general. Para eso está el amor y todas su circunstancias. Sólo en algunos casos, nos encontramos con discos que giran entorno a la idea y consecuencias de la muerte.
Hospice retrata el (largo, angustioso) camino a ella a través de camas de hospitales y aparatos electrónicos. En Kettering, el segundo corte, nos retratan la imagen: "when I was checking vitals I suggested a smile. You didn't talk for awhile, you were freezing. You said you hated my tone, it made you feel so alone, and so you told me I ought to be leaving. But something kept me standing by the hospital bed". Una escena realmente estremecedora, pero no la única.
En lo músical es evidente la influencia de Arcade Fire y Mogwai. Tanto en los desarollos como en esos momentos de furia desatada después de la calma (también a Broken Social Scene en algunos momentos acústicos).
A lo largo del disco nos encontramos con varias canciones dignas de elogio, de esas que aguntan cientos de escuchas porque no dejamos de encontrar detalles en ellas. Ahí están Sylvia, Atrophy, Bear (la más animada del álbum, pegadiza hasta decir basta) o Two. Es un primer álbum conceptual, sólido, que se disfruta de principio a fín.
Algunos ya lo han coronado como de lo mejor de año y otros como de la década.De momento, yo lo califico como lo mejor que ha sonado en mi casa esta semana. Más tarde nos ocupamos de las listas.
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pues a mí no me terminan de convencer
ResponderEliminar¿truco o trato?, yo no lo tengo todavía claro tampoco
ResponderEliminarpues yo no me lo pienso más y me declaro fan desde ya!
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