recordando discos: azzurro, adriano celentano 1968

por supuesto, la culpa la tiene juan de pablos y su programa. la culpa de que una canción se convirtiera en himno de todos aquellos que desafiaban al sueño para disfrutar cada noche de flor de pasión.

en muchas ocasiones, en las que caía derrotado con los auriculares semiapoyados en la almohada intentando que no se me clavaran en la oreja, era despertado por la voz de adriano celentano interpretando azzurro, indicándome que había vuelto a fracasar en el intento de escuchar al completo el programa. una derrota que era derrota a medias solo por esa canción que, poco a poco, se fue calando tanto que consiguió que incluso me obligara a investigar si aquello era solo una casualidad más de las muchas que hay en el mundo de la música o realmente había donde rascar.

y, a pesar de que en los ochentas a este hombre se le fuera la cabeza a la misma velocidad que perdía el cabello, hasta entonces esta especie de gigoló caricaturesco había dejado muestras de su acierto al saltar de uno a otro estilo sin perder la compostura. de la música ligera al rock’n’roll, del soul al disco, nada se resistía a su curiosa chulería.

pero, y no solo por azzurro, mi disco favorito de adriano celentano es este una carezza en un pugno que mantiene el nivel en casi todos los temas y toca el cielo en más de una ocasión. canzone podría estar firmada por manuel alejandro e interpretada por el mejor raphael, la lotta dell’amore es un comedido arrebato de funky-soul, più forte que puoi (cantada por claudia mori) es lo más cercano a bacharach que he escuchado en italiano y una carezza en un pugno podría haber sido la canción del álbum de no ser por juan de pablos y su insistencia.

así, cosas de la vida, este disco de 1968 que podría haber pasado de puntillas por delante mía, gracias a dios (y todos sabemos a qué, o quién, me refiero), es ahora tan importante en mi vida que entraría en cualquier lista de mis lps favoritos de la historia. y que, si nada lo impide, una copia en vinilo debería estar ahora camino de casa. y yo como cada vez que compro en ebay (muchas, muchísimas) aquí ando con el corazón en un puño esperando a que el cartero de por fnalizada la tensa espera.