bombon mallorquin, joan miquel oliver (discmedi) 2009

Bombon mallorquin habla de los recuerdos de infancia de Joan Miquel (realmente esto ya lo venía haciendo en muchas de las letras de Antònia Font) en una Mallorca de los 70 y 80, que yo, al llegar aquí hará una década aproximadamente, no conozco, ya que mis recuerdos están en otro sitio. Ahora, a pesar de la cercanía de lugares, muchas de las cosas que cuenta me son totalmente desconocidas. Pero Joan Miquel es de esas personas con capacidad para universalizar cualquier detalle. Y también con talento para con dos palabras (absurdas, las menos obvias) explicarte muchas cosas.

Este nuevo disco de Joan Miquel no cuenta con la accesibilidad de Surfistes en càmara lenta ni ese halo casero. A pesar de que sigue siendo él mismo el que se ocupa de todo, absolutamente de todo exceptuando la batería (de la que se ocupa Pere Debon de Antònia Font), algún sintetizador (Jaume Manresa, también compañero del grupo) y los arreglos de cuerda, este trabajo cuenta con algo que lo lleva a ser algo así como el hermano mayor de aquel.

Y, como decía, todas las señas de identidad del mallorquín siguen intactas: París, en este caso Boston, Helsinky o London, y la idealización de un lugar maravilloso. Aunque solo sea nombrandolos. Y también nos sigue ofreciendo momentos de pop totalmente perfecto como Final Feliç. U otra de esas declaraciones incondicionales de amor, que por pura empatía te derrumban: "Només una cosa important: téstim com un loco i m'aguant". También incorporando voces y coros femeninos, algo que hasta ahora no era muy habitual.

Al final resulta difícil separar el Joan Miquel de Antònia Font del de sus discos en solitario, porque creo que esto no se trata del típico caso de querer desfogarse y plasmar otras inquietudes en discos al margen de un grupo (en su persona, en solitario, todo cobra incluso mucho más sentido), sino que Joan Miquel simplemente se limita a hacer lo que sabe y de la mejor forma que sabe, tanto en Antònia Font como aquí. Sin rupturas ni grandes cambios. Y en su caso eso lleva a convertirlo en uno de los pocos genios que tenemos en nuestro país. De los que no paramos de buscar fuera cuando algunos de ellos los tenemos justo enfrente nuestro.