la primera imagen que se me viene a la cabeza cuando se habla de AMA es el viajero que javier aramburu puso en las manos del por entonces trío, junto a un logo precioso que dibuja cordilleras con solo tres letras en mayúsculas. la segunda es un cd grabado donde incluí ha nacido una estrella y que viajó mil kilómetros de sur a norte como regalo de cumpleaños para quien en realidad lo que necesitaba no era recibir sino dar.
experiencias personales asociadas a canciones. ese momento en el que la música deja de pertenecer a quien la crea para formar parte de la vida de quien la escucha. se han escrito miles de líneas sobre ello hasta lograr que todo esto que ahora escribo suene absolutamente superfluo. pero yo no puedo disociar la música de AMA de aquellos meses y aquellas anécdotas. ni evitar el recuerdo de como le robamos al protagonista de allá se va su espada de madera para usarla nosotros como coraza para unos juanes sin miedo que no podían dejar de temblar de pánico e ilusión.
AMA, ese primer álbum sin título, se convirtió junto al entresemana de le mans o el soplo de family en involuntario artista secundario de nuestra historia y, por ello, a lo estrictamente musical se le une un cierto valor emocional que convierte a este cd en mucho más que lo que su música me aporta. como si esas canciones llenas de melancolía hubieran sido testigos de la desaparición de la mía propia.
y por supuesto que es una tontería, pero por todo esto que acabo de explicar no me extrañó que su segundo álbum, a un metro de mí, no tuviera ese poso de tristeza que dejaba el primero. sin echar las campanas al vuelo aquí las cosas ya han cambiado. y por eso, en parte haciendo trampas y escogiendo justo lo que quiero escoger, transcribo estas palabras que cierran la primera canción del cd y dicen “asomado justo al borde de mi corazón entra vértigo al mirar al fondo de los dos” y se las vuelvo a robar como antes hicimos con la espada de madera o el coche de carreras.
porque estamos en el camino correcto. a pesar de lo que dicen en perro negro (“ahora que hemos alcanzado la mitad de este camino no sabemos si avanzar o desandar lo recorrido”) no hay motivo para dudar ni se puede echar la vista atrás si no es para comprobar que todo ahora es mejor de como lo era antes.
y como ocurre en las buenas películas, siempre llega un momento en el que ambos caminos, el de AMA y el nuestro, se cruzan casi sin querer y sin que nos demos cuenta de ello. y en este caso fue la edición de 2006 del festival contempopránea donde, a unos pocos metros de una irantzu sonriente que se mezclaba entre el público, comprendí que nada había sucedido por casualidad. que probablemente si no hubiera escuchado en su momento a esta banda, a le mans, a la buena vida o a family, ahora no podría estar poniéndole final feliz a esta ridícula historia inventada a partir de canciones que hablan de nosotros sin pretenderlo pero que, al fin y al cabo, no es más que nuestra propia historia.
3/3/09
especial AMA: expuestos a los demás
Etiquetas:
especial ama,
manolodominguez
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pues coincidimos en la primera imagen que tenemos los dos de ama, pero a partir de ahora creo que la mía será ya esta tuya de hoy
ResponderEliminarManolo, me has emocionado mucho...
ResponderEliminarEs que la música y las canciones de Ama creo que se prestan a este tipo de cosas. Al tipo de cosas emocionales me refiero...
ResponderEliminarcreo que la espada de madera está perdida en algun rincón del trastero ¿no?
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