21/12/08
conciertos: la casa azul, 20/12/2008, palma de mallorca
La cosa era así. Este viernes y sábado se celebraba el concurso anual de bandas de Mallorca, el Sonopalma. A razón de 6 finalistas el viernes, más la actuación como grupo invitado de Lagartija Nick y el sábado otros 6 finalistas, la actuación del grupo ganador del año pasado y como grupo invitado La Casa Azul. Que era la primera vez que venian a la isla y claro, no podiamos faltar.
Yo casi que era la primera vez que los veia (la casi fue en un Benicàssim donde ni mis circunstancias ni las de la carpa donde actuaron fueron muy favorables) y relmente los momentos antes del concierto estaba muy expectante y nervioso. Y más después de quedarme con las ganas de verlos en el pasado Bam, donde nos fue imposible llegar al abarrotado Forum de Barcelona. Por eso, casi que la noche de ayer se trataba como de un ajuste de cuentas pendientes entre yo y Guille. Y parecía que él lo sabía porque, como recompensa, me ofreció uno de los conciertos de mi vida.
Lo consiguió con 5 pantallas de video, una guitarra, sus máquinas y muchísimas ganas. Porque Guille ayer noche estaba eufórico y feliz. Lo repitió varias veces. Y desde luego que no mentía. Se le veía francamente emocionado. Se trataba del último concierto de la gira y consiguió contagiar todo lo que sentía a los que estábamos allí. Que ayer noche todos fuimos un poquito más felices, por lo menos durante un rato.
Fue desgranando cada uno de sus discos. El sonido efervescente, Tan simple como el amor y La revolución sexual. No faltó ni una de las canciones que todos queremos escuchar y que nos hemos cansado de cantar y bailar solos en nuestra habitación. LLevando todos esos momentos en los que me he refugiado muchas veces en casa, con sus letras, a una comunión colectiva de baile y emoción.
Porque anoche hubo momento para todo. Bailamos, con los amigos y uno mismo solo, mirandose a los pies, en algunos momentos incluso, aguantándose las lágrimas pero no. Anoche no había que llorar. Porque Guille ayer consiguió pormenorizar mis obsesiones.
En ocasiones al piano, en ocasiones a la guitarra y sus máquinas, cada una de las canciones, sin excepción, sonó imprescindible y necesaria, sin siquiera un momento desperdiciado. Toda una hora y media de éxtasis, que yo acabe totalmente exhausto.
No Guille, yo tampoco quiero volver a llorar...nooooooooooooooooooooo
(la foto es de J.)
Etiquetas:
conciertos,
javi ruiz
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y yo sigo sin ver a guille en directo
ResponderEliminarNo más miolastán! Pop can fix it all!
ResponderEliminartodo el mundo se queda con esa sensación de haber estado en una fiesta irrepetible con sus conciertos.
ResponderEliminarviva la casa azul.
pues sí, viva!!
ResponderEliminary viva el blog actualizado los domingos!!!!
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