canciones: all the umbrellas in london, the magnetic fields

(la foto es de un sobre y una carta de amaya, de cuando, por entonces, ni todos los paraguas de londres eran capaces de parar la lluvia)

all the umbrellas in london couldn’t stop this rain

hace unos días me preguntaban en una de esas encuestas tontas de internet cuándo fue la última vez que había llorado. una pregunta que, dependiendo del contexto, puede sonar estúpida, conmovedora o desgarradoramente cruel. y algo parecido le ocurre a las letras de stephin merrit en get lost, inocentes a simple vista pero profundas como las fosas de las marianas, dolorosas como duelen las noches en soledad y las casas sin barrer y, sin embargo, terriblemente encantadoras.

all the dope in new york couldn’t kill this pain

y tal vez por ello es por lo que get lost es algo más que un simple disco de factura lo-fi y espíritu pop. y consigue que nos sintamos identificados con historias que no nos tocan ni de refilón pero que se cuentan con la misma sensibilidad con la que querríamos que se pudiera contar nuestra vida. aunque sea a base de malas anécdotas y tardes sin nadie con quien bailar.

all the money in tokyo couldn’t make me stay

pero, además, la fuerza de los campos magnéticos es tan potente que la sentimos incluso cuando intentamos alejarnos de ellos. al escuchar a astrud, a sufjan stevens, a espanto, a patrick wolf. al descubrir que, hablando con alguien, se nos escapan frases tontas como que el amor es más ligero que el aire. al hacer una crítica de un disco intentando en balde que parezca mínimamente literaria. al pasear por la calle sintiéndonos, sin motivo, diferentes a toda esa gente que se cruza con nosotros. al vivir, en definitiva, con la ilusión de colarnos un día en cualquiera de sus canciones, de cruzar el espejo en el que andamos empeñados en mirarnos.


lo pienso y no respondo lo que debería: la última vez que escuché all the umbrellas in london. esa fue la última vez que lloré.