anoche estuve en el concierto de micah p. hinson, un artista del que no soy fan ni creo que lo vaya a ser a partir de ahora, pero que después de lo que nos ofreció en la sala Q sí que debería. porque pocas actuaciones me han sorprendido últimamente como lo hizo la suya. pasando en un instante del country desolado al rock más intenso con guitarras distorsionadas, una batería que más bien parecía una apisonadora y un vozarrón que llenaba él solo toda la sala. y dando tanto en directo que sus discos parecen otra, menos, cosa.
además micah controló en cada instante su actuación, tanto en lo musical como lo extramusical, jugando con sus cigarrillos, en los cambios de guitarra, en los comentarios que hacía entre canción y canción e incluso llamando a subir al escenario a su novia (creo recordar que su nombre es ashley) para cantarle uno de los temas del repertorio mientras ella le observaba sonriente sentada en un lateral.
y eso me llevó a hacerme una pregunta de la que imagino la respuesta. porque igual que en una pareja no tienen por qué coincidir los gustos musicales, ¿es posible enamorarse de un artista del que no te guste lo que hace? ¿enamorarse solo por la persona y no por su obra? me imagino, por ejemplo, a javier aramburu con novia amante del heavy metal, cantándole su recién compuesta “dame estrellas o limones” y ésta comentándole como respuesta que vaya mariconada de canción, que si quiere conquistarla de verdad le haga una versión del “still loving you” de scorpions, que eso sí que pone los vellos de punta.
supongo, claro, que la novia de micah sí estaría feliz de escuchar a su pareja cantarle
esa canción anoche allí arriba, que no le importa ése pequeño mal rato de pasar durante cuatro minutos del anonimato del backstage al protagonismo que habitualmente pertenece solo a él por lo que le aporta personalmente su música y lo que ese detalle en realidad significa. algo parecido, a distinta y menor escala, a aquella vez en que utilicé esta foto de aquí abajo que nos hizo davis como portada de la página de la nadadora o a cada vez que intento, en vano (será, claro, que yo no tengo la fuerza de convicción del cantautor), que amaya escriba en este blog.
13/4/08
un concierto de micah p hinson
Etiquetas:
manolodominguez,
personal
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
yo prefiero observarte sonriente sentada en un lateral ¡¿dónde va a parar?!
ResponderEliminar