11/4/08

recordando discos:red house painters, red house painters 1993

breve introducción puramente personal:

no es 1993, sino 1998. hace todo el calor que pueda hacer en benicàssim en agosto, en una carpa donde poco antes ha actuado fernando alfaro con su nueva banda. y ahora estoy cerca de las primeras filas, esperando el comienzo de su actuación. solo les conozco de oídas, de alguna entrevista perdida en algún rockdelux, pero van a pasar a formar parte de mi vida.

el final de una montaña rusa:

no hace falta engañarse, todas las montañas rusas terminan cuando estás más abajo, ninguna se para en el punto más alto. el final del trayecto es siempre el final del descenso. pero, además, esta montaña es más peligrosa que las otras porque no consigue ascender nunca. es una caída sin frenos hacia el fondo de un pozo que por no tener no tiene ni agua. ni agua para ahogarse en él.

quizás por eso la montaña rusa que sirve de portada al segundo álbum de red house painters parece abandonada. porque cuesta subirse a ella por miedo a no saber como levantar el vuelo después. un viaje hasta el interior de uno mismo que se hace especialmente doloroso en las, quizás, dos mejores canciones de toda la historia de la banda y de su líder, mark kozelek. mistress y katy song son por una parte ese pequeño espaldarazo que hace que un gran disco se convierta en una obra maestra y por otra el empujón definitivo que lograba que los pocos amarrajes que disimulaban exteriormente mi paso definitivo a la adultez en estado de semirruina se desmoronaran ante mi cara.

pero no sólo ésas dos canciones logran ese efecto, todo el disco es de una pesadumbre para mí prácticamente desconocida hasta entonces. escuchándolo entonces, y creo que escuchándolo ahora también, me costaba creer que se pudiera lograr una música tan explícitamente depresiva, tan afectada, como la que tiene este disco.

me recuerdo tras una primera escucha abriendo el libreto interior buscando una respuesta y encontrando solo catorce títulos separados en dos páginas. los nombres de las canciones de todo aquello que estaba llevándome al final de la montaña rusa.

7 comentarios:

  1. Anónimo22:34

    Al leerlo me entraron las dudas; luego lo comprobé y estaba en lo cierto: fueron los Gorky's los que precedieron a RHP en el FIB98. Chucho tocaron al día siguiente. Por cierto, y lo importante, discazo el de Red House Painters :)

    ResponderEliminar
  2. jo, pues tienes razón. pero después de aquel concierto los que vinieran antes fue un poco accesorio.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo23:18

    Una maravilla de disco. Menos mal que no existían los mp3 en aquel entonces, sino a lo mejor un disco así pasaría de largo.

    ResponderEliminar
  4. Anónimo07:26

    Una gozada. Y con su gemelo, una obra magna de los 90. Por cierto, que el último de Kozelek tampoco está nada manl, eh, que sólo da un poco la tabarra, pero sigue teniendo esa voz hermosísima de siempre.

    ResponderEliminar
  5. que texto más chulo ...

    grandísimo disco,sí señor. La primera vez que lo escuché, me lo dejaron en un casette original, y fue en un walkman en el tren de cercanías, pensaba que se me acababan las pilas antes de escucharlo entero .. :) denso pero tremendamente emocionante.

    aquel fib estábamos a unos metros, pero yo estaba en el escenario grande viendo a la habitación roja ... las vueltas que da la vida :D

    ResponderEliminar
  6. sí, recuerdo que se solaparon. mis amigos también marcharon al escenario grande, pero yo por suerte decidí quedarme.

    ResponderEliminar
  7. un disco absolutamente capital por motivos propios y ajenos, todo sea dicho

    y tu descripción de la montaña rusa es de diez

    ResponderEliminar