hace años, durante unos meses, perdí la capacidad de disfrutar de la música (en realidad sería más exacto utilizar la palabra vida, pero este es un blog estrictamente musical, por lo que lo dejamos así). muchos de los discos editados durante ese periodo han generado siempre ciertas contradicciones en mí, por un lado el recuerdo de esa sensación de culpabilidad que me producía entonces el estar escuchando cualquier disco y por otro la fascinación al descubrir nuevas cosas en cada canción que, por razones obvias, se escaparon en su día de mis oídos.
durante aquellos meses, uno se engañaba sin querer y era capaz de llegar a pensar que las cosas pueden ser eternas. pero se (me) equivocaba. el tiempo siempre pasa, normalmente a favor, y suaviza las emociones hasta hacernos vivir anestesiados. porque, de otra forma sería imposible seguir adelante, acumulando dolores.
y por eso ahora puedo escuchar los diarios de petróleo (y muchos otros discos) sin ese pellizco infinito en el pecho que te impide vivir. además, se da la circunstancia de que, más o menos, yo también trabajé, solo, en una gasolinera. y escribí mis propios diarios cuyas páginas por ahí permanecen manchadas de gasolina. páginas en las que no podía hablar de lo mismo que alfaro porque yo no me recorría en furgoneta el país, ni tenía (ni tengo por ahora) dos niñas por las que obligarme a preocuparme por mí mismo, ni, sencillamente, era capaz de explicar con parecido nivel poético la última noche de quien quiere que esa noche sea solo eso, la última noche.
porque fernando alfaro no solo conseguía sonar en los diarios de petróleo más solemne que en ningún otro disco anterior (con chucho o surfin’ bichos), melódicamente más inmenso y líricamente más directo que nunca, sino que logra retratarse casi sin quererlo de forma mucho más perfecta que mil imágenes, cien entrevistas o diez biografías. expresa con claridad, y en más de una ocasión, el miedo a la responsabilidad que conlleva la paternidad, a su propio ritmo de vida. nos habla de él mismo en primera y tercera persona; más positivo o, al menos, menos negativo. y nos lleva tímidamente a nuestra infancia y juventud (la que retrata en “mi padre”) para, una vez dentro del torbellino de emociones que son nuestros propios recuerdos, dispararnos al vacío. y en ese vacío que es “extrarradio”, la última canción del fragmento principal de los diarios, nos dejamos caer porque, en parte, es nuestro propio vacío. no, no lo sé explicar, o no tengo las fuerzas suficientes para hacerlo (es más sencillo hablar de metáforas que de sucesos), pero es así.
tejido de felicidad puede ser el disco que tenga canciones más inmediatas de chucho (magic o revolución), hermanos carnales el primer álbum sublime de alfaro (entonces con surfin’ bichos) y el fotógrafo del cielo el primero suyo que escuché (y compré), pero este diario de veintisiete páginas manchadas de petróleo es insuperable, por ser el disco más ambicioso de fernando y cumplir con las expectativas. por ser el más expansivo, que llena la habitación como el aire que entra al abrir las ventanas, sonando grandioso en casi cada canción, en cada coro de isabel, en cada estribillo y cada estrofa.
y no, no es broma, yo también tenía un diario, pero un día supe que no tenía que escribir más. y en esas ando.
23/3/08
recordando discos: diarios de petróleo, chucho 2001
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yo creo que esta es la cumbre de fernando...es recordarlo siquiera y ya se me pone la piel de gallina...bueno,cada vez que escucho la primera nota de este disco ya me entra algo...
ResponderEliminareste disco es demasiado..
javi.
Disiento:
ResponderEliminarPara mí éste es el principio del fin de Fernando. Es un gran disco, pero creo también que es el momento en el que el personaje se come al artista. Si siempre había estado en la cuerda floja, aquí ya se agota: ¿Después de los diarios de la gasolinera, qué?
Tiene canciones inmensas, sí, pero en Tejido de Felicidad dijo lo mismo con menos palabras.
Eso sí, donde no quito razón es en las letras sobre sus hijos. Como en "Y Minera", Alfaro demuestra que es uno de los pocos artistas pop capaces de sacar oro de una situación tan resbaladiza. Porque, a ver, ¿cuántas canciones sobre hijos recordáis que no sean ridículas y abiertamente tontunas?
que es el principio del fin sí que lo pienso también. koniec es el fin de chucho, no solo por las circunstancias o el tíyulo, sino porque es un disco sensiblemente inferior a los anteriores. y ahora en solitario no creo que haya remontado el vuelo.
ResponderEliminarpero los diarios de petróleo, cogidos del tirón, creo que tiene cosas que tejido de felicidad no tiene (aunque eso lo digo hoy, hace unos meses te hubiera dicho que me quedo con tejido).
en cualquier caso, a mi entender, dos obras maestras, cada una con sus circunstancias.
Por cierto, ¿a alguien más le pasó que el primer single (o fragmento) le pareció la bomba y luego lo demás le dejara un poco más frío?
ResponderEliminarpues a mí no em pasó porque en realidad no me compré los singles, sino solo el fragmento principal (por suerte unos meses después ví en una tienda la caja completa con todos sus cds). pero lo que sí creo es que el primer single es el mejor de los tres. aunque el cd lo veo, al menos, a la misma altura.
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