29/6/10

el día que vi a bob dylan

el sábado era un día especial. pesaban bastante los nervios contenidos de la tarde anterior en la que había hecho un examen de oposición y en la que habíamos sufrido con un partido de la selección española. la noche del viernes fue más bien tranquila, un par de copas con david y poco más (unas horas más tarde yoli le avisaría para decirle que sandra estaba a punto de llegar). así que levantarse el sábado no fue muy difícil, ya que estaba más o menos descansado
el sábado se presentaba especialmente cargado de emociones. a eso del mediodía me encontré con omar para coger el coche y partir hacia vitoria. lo teníamos todo: la mochila, las entradas, el vino para llevar, la crema solar... y sobre todo, lo que más teníamos era las ganas de ver a bob dylan. la jornada se presentó perfecta. primero estuvimos viendo a el vez en la plaza de la virgen blanca, donde disfrutamos como enanos. luego fuimos a comer unos pinchos, y nos encontramos con cristina, aníbal y ainara. casi nos dieron las tres y media y fuimos hacia la casa de pablo a comer. allí estaban pablo y santi preparando una paella perfecta que sentó de maravilla. las fresas del postre no se quedaron en absoluto cortas... luego fueron llegando otros invitados hasta que nos dieron casi las siete y la gente seguía comiendo paella. era el momento de ir hacia mendizabala

primero vimos a robert gordon con su espectacular rockabilly y su actitud intacta después de los años. después llegó bob dylan, y claro, ya todo daba igual. nos perdimos una atuación intermedia para coger buen sitio y la verdad es que acertamos. llovía un poco, ¿pero acaso le importaba a alguien? empezó y tras unas pocas canciones hubo ciertas caras de desilusión entre el público. no estaba tocando hits, pero es igual, era bob dylan y a un grande se le puede perdonar todo. enorme, vestido de negro cuando toda su banda iba de blanco. sobriedad en todo, incluso en los colores de las guitarras. todo estaba medido al milímetro para que pudira ser el concierto de nuestras vidas. fue sólo algo más de una hora, pero ya era bastante. hubo bis, y ahí es cuando llegó like a rolling stone y cuando despejé todas mis dudas de si había merecido la pena ir al azkena para verlo. estaba más que claro que sí, solo faltó una lagrimita

después hubo tiempo para disfrutar con un también sorprendentemente enorme chris isaak, otro al que el paso de los años parece sentarle mejor, como a los buenos vinos. sus canciones sonaban incluso más que perfectas, y poder revivir lo que fue en su momento wicked game fue otro gran momento de la noche. la lluvia se había puesto en serio y nada más empezar a sonar unos the hives insustanciales y planos, nos fuimos a casa. quedaba bad religion, que no pudo ser, pero al menos me compré la camiseta de la casette del grupo para epitaph

3 comentarios:

  1. nacho, no te pierdes nada, desde un kafea eta galletak al azkena. solo te ha faltado el rockinrío.

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  2. será perri... ya sabes que en el rock in río estuve viendo a hannah montana, pero me dio cosica comentarlo por aquí, y más después del shock que me lleve al ver a la miley tan descocada...

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  3. me encantaría ver a Chris Isaak..

    y ya te digo, Nacho está en todos lados!

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