11/11/09

the bachelor, patrick wolf (bandstocks) 2009

estoy colocando por primera vez en el plato mi copia en vinilo, firmada, de the bachelor, el último lp de patrick wolf. un disco que necesita algo más que cariño para no acabar guardado en su funda a los cinco minutos de empezar a sonar. ya lo tenía en mp3 y lleva meses aparcado, pero la experiencia de leer el x p.w. xx escrito con tinta plateada en la carpeta interior, sacar el primer lp y darle al start es irresistible.

cuando me hice socio (o lo que quiera que fuese) de the bachelor a través de bandstocks, aún albergaba la esperanza de volver a encontrarme con otro lycanthropy. diez libras no me iban a suponer nada y lo mismo tenía acceso a algo especial. al final, aparte de mi cuota de accionista, otras diecisiete más por mi copia firmada, y un álbum que sé que no escucharé muchas más veces en mi vida. es el precio de seguir confiando en la música y de pensar que, por el simple hecho de que sus seguidores le pagasen a priori, el artista no tenía derecho a que se le fuese la olla.

y lo cierto es que no pienso que, en esencia, estemos ante algo realmente tan malo, pero esos violines (deudores de los mejores corrs o, incluso, mago de oz) que mr. patrick se ha empeñado en amortizar a toda costa, y unos coros que superan lo rancio para meterse en lo directamente hortera, se van cargando una tras otra cada una de las canciones del disco que pasará a la historia por ser el que sacó del armario de lo kitsch al chico delgado que sorprendió hace casi una década con su pop de electrónica entrecortada y auténticos hits memorables.

vale, en realidad este álbum está mucho más cerca de su primera época que de wind in the wires o the magic position. instrumentalmente es violento y la deuda del breakbeat es clara. e incluso la épica, como en who will, no me parece excesivamente aburrida. pero el pop de aquellas primeras canciones ha dado paso a una violencia musical innecesaria y excesiva, no engancha sino que acojona. y, sobre todas las cosas, la influencia celta es una losa que no estoy dispuesto a soportar. desde celtas cortos ha sido mucho el sufrimiento, mucho tiempo aprendiendo a desengancharme del puñetero veinte de abril del noventa para que, así de golpe, venga patrick wolf a reivindicármelo de buenas a primeras.

como un ultrasur cuando el madrid fichó a cunninghan, mi orgullo está herido y no sé cuando podrá recuperarse. menos mal que nos queda el pasado, ¿y el futuro?

2 comentarios: