Mishima (como dice el tópico) funcionan como una máquina, las primeras canciones las atacan a bocajarro, encadenándolas, apenas sin decir nada entre los temas. Que con semejante principio conseguí mantenerme quieto en mi butaca, pero con mucho esfuerzo y fuerza de voluntad por mi parte. Después de ese inicio arrollador, llegaron las presentaciones y unos momentos de respiro. Varias de sus canciones más tranquilas (necesitábamos volver a sentir la silla, intentar manterse quieto), para poco después volver a la fuerza, a la distorsión. Las canciones del grupo (en el concierto sonaron temas de sus tres últimos discos, si no me equivoco ninguno de de los dos primeros en inglés) cobran otro color en las distancias cortas, son más carnales frente a la espiritualidad (por decirlo así) que puedan tener en su versión estudio.
Que da gusto comprobar que se encuentran en estado de gracia (continuo y en progreso). Que otro de nuestros tesoros a cuidar y mimar.
Rendido a sus pies.
Pero cuándo has aprendido a conducir... ¿desde el post anterior?
ResponderEliminarno hombre, desde el concierto de mishima anterior. cosa que otros nadadores no harán nunca.
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