
si ya con su anterior trabajo, el más que sorprendente visiter, estuvieron en boca de todo el mundo por su frescura y las ganas que le insuflaron a su música, con este segundo disco deberían romper esquemas e ir mucho más allá, hasta donde nadie haya llegado, hasta los confines del pop, hasta donde puedan hacer llegar esos ritmos repetitivos y contagiosos que siguen, aunque bastante menos, con la vista puesta en áfrica, pero con el corazón en lo que se está cociendo en la américa más cool y exportable. porque lo suyo necesita expansión, necesita ir más allá de una habitación donde escuchamos algunas de sus canciones
con temas tan acertados como fables o two medicines (ay esos coros) han creado un entramado de solo nueve canciones pero cargado de irresistibles melodías, cuidadas voces, percusiones espectrales y repeticiones hasta la saciedad que los hacen absolutamente imprescindibles en cualquier discoteca. y quizá es en the strums en la canción donde han logrado dar con su clímax, el sumum de su creación, la belleza elevada a la máxima potencia, una joya apta para muy pocos bolsillos
esta vez sí que confiaremos en the dodos y en su momento para morir, parece que debemos estar predestinados a hacerlo , a confiar en ellos, no a morir, claro
pues a mí en una primera escucha rápida me pareció menos valiente que el primero. igual es que sin el factor sorpresa del debut ya me había hecho castillos de arena.
ResponderEliminarprometo no aparcarlos.
no no, que el anterior no era el debut
ResponderEliminar¿ah no? pues dejémoslo en mi debut.
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