
macumba o muerte empieza en el más allá, en un lugar abandonado de la mano de cualquier deidad, y como en el reptar de una serpiente, se acerca peligrosamente hasta donde nos encontramos y se vuelve a alejar, en una suerte de movimientos espasmódicos que recurren al free jazz sin quedarse en él y que en ocasiones también se transforman en endiablados ritmos tribales o en imparables sacudidas de electricidad ruidista
la paradoja de este disco no se queda ahí, sino que va más allá, solo nueve cortes (uno de ellos fragmentado en cuatro) que bien podrían pasar por tratarse de un centenar, encuadrados en un diseño sugerente que evoca por igual a egipto e india, una fantasía multicolor a medio camino entre la guía de viajes arty y la película de bajo presupuesto
con agresividad y efusividad es como mejor entienden estos tres aguerridos de za! la entrada en tus oídos, como un toro en una cacharrería, así te lo hacen llegar en los coletazos sin tregua del tema baches, en la encriptada cadena de sonidos dispersos y endiablados de planta carnívora o en ese cierre con que viene hammurabi, que desafía a los sonidos más convencionales a base de drones y percusiones
en vinilo a partir del 25 de junio.
ResponderEliminargandulagandula.blogspot.com
"A comienzos de abril vimos a Za! y a Au en la sala L'Mono de Bilbao. Y alucinamos, sí. Yo pasé miedo con los Au (después de su prueba de sonido Luis y yo bajamos a la parafarmacia de la esquina a comprarnos tapones para los oídos).
ResponderEliminarLo de Za! fue como un viaje en un Land Rover sin frenos por el África más salvaje. Todo muy tribal, todo muy de fogatas, todo muy de bailar en grupo y con máscaras. Terminamos gritando el nombre de Mobutu Sese Seko en la última canción y nos fuimos a casa con la sensación de haber viajado muy lejos".
Recuerdos de Za!