así, determinar la importancia de este recopilatorio, sin haberlo vivido en su momento y centrándome casi exclusivamente en lo publicado por revistas y webs, algunas tan interesantes como esta, se me hace especialmente complicado. pero no citarla aquí sí sería del todo absurdo. ¿más o menos cómo saltarme aquellos recopilatorios de factory para hablar del indie nacional?
pero también en estos años, entre fanzines y sellos pequeños, ganas de hacer cosas nuevas y amor desmedido por el pop y las melodías, fueron naciendo algunos grupos que nos dejaron discos brillantes, canciones para recordar y, después, se reconvirtieron en algunas de las bandas más importnates de los noventa. y tal vez eso les ha hecho perder (muy injustamente) protagonismo, pero grupos como talulah gosh, germen de heavenly, que aportaron algunos 7” imprescindibles (beatnick boy o bringing up baby me fascinan), mccarthy, donde coincidieron por primera vez tim gane y letitia sadier de stereolab o, en españa, el primer grupo indie (y el único que miraría de tú a cualquier internacional), aventuras de kirlian, son tanto o más importantes que su posterior evolución y por eso me apetecía hablar un poco de ellos.
y de estos me he quedado (ya que con talulah gosh cabría hablar más de sencillos que de lps) con los dos últimos:

porque habrá discos más importantes, más elaborados, más ambiciosos o, sencillamente, más valorados. pero aquí, igual más comedida, menos pretenciosamente, ya aparece todo aquello que se le puede pedir a un álbum. experimentación, sobriedad, genio, encanto y sencillez.
jone canta de forma distante pero magistral historias sobre nada y sobre todo, que avanzan como un diario escrito solo en tardes de domingo en noviembre, con el encanto de la vida al ralentí. y musicalmente las nueve canciones de aventuras de kirlian parecen haber respirado el mismo aire que colosal youth. cada miembro del grupo aporta lo justo y cada canción tiene ni más ni menos lo que necesita tener. un hito del pop nacional que exigió incluso un cambio de nombre para poder continuar. algo que, tal vez, hubiera sido una posibilidad para el “otro gran disco” de nuestro pop. pero la historia, cuando se escribe en minúsculas y se siente en mayúsculas, no permite relecturas.

y este banking, violence and the inner life today es el que tiene más argumentos para ser recordado. porque aporta una mayor diversidad de influencias sin perder nunca el potencial pop que siempre tuvo la banda. acercándose más al sonido primerizo de la velvet (use a bank, i’d rather die) o experimentando con matices bailable de igual manera a como lo hicieran orange juice, pero aún muy lejos de en lo que derivarían como stereolab, la banda de john willianson, tim gane y gary baker montó un disco espléndido que, recuperado ahora para preparar este especial, se me antoja por escuchas más y más imprescindible.
sin duda, uno de los álbumes de los ochenta y del género, del que es imposible desengancharse.
Tengo tanto que aprender...
ResponderEliminarYo me dedicaba a montar una vida en aquella época y no sé si merece la pena.
Prometo aplicarme, Ignacio
lo de McCarthy es una pasada, vaya grupazo que se perdió...
ResponderEliminary de AVENTURAS DE KIRLIAN, pues una de las debilidades de lanadadora, claro
La vertiente pop de Stereolab seguramente la herederaron de su grupo anterior. Y si la hubieran explotado más mezclándola con su particular estilo serían aún mucho más grandes
ResponderEliminarLa verdad es que el paso del tiempo mitifica las cosas. En su momento, los grupos de esos que todo el mundo alaba (Talulah Gosh, Mighty Mighty, James Drean Driving Experience, los primeros My Bloody Valentine, MacCarthy, Razorcuts, Fat Tulips, etc ...) actuaban en sitios cutres ante una audiencia mínima y en un entorno hasta podría decir que hostil - en su mayoría personas que parecían tener algún tipo de tara social.
ResponderEliminarEs más, los seguidores de este tipo de cosas estaban estigmatizados y considerados poco menos que especies raras. Cuando la escena comenzó a desaparecer es cuando surgió el mito del C86. Demasiado tarde - el concierto despedida de Sarah en el Theckla de Bristol, etc.
Os lo digo yo que estuve allí. En vivo y en directo.
toda la razón en lo de que el tiempo mitifica. pero creo que, en este estilo de música, es algo que tenemos asumido. incluso en la actualidad, cuando, por ejemplo, escribimos sobre los maravillosos discos de espanto, punsetes, saioa o elurretan, al final estamos hablando de unos cientos de copias vendidas y pequeños conciertos. igual que lo era el indie de los noventa.
ResponderEliminarestá claro que nos hemos quedado (y a mucha honra) fuera de lo que es lo standard, y nuestros mitos son, como bien ilustró aramburu en un rdl, mitos de miscroscopio. pero qué más da, ¿no? son los nuestros y eso no nos lo quita nadie.
Hola Manolo,
ResponderEliminar"nuestros mitos son, como bien ilustró aramburu en un rdl, mitos de miscroscopio. pero qué más da, ¿no? son los nuestros y eso no nos lo quita nadie"
Gran frase, me la apunto :-)
McCarthy creo que son una de las BANDAS primordiales de aquellos tiempos. No solo musicalmente, sus letras estaban muy por encima de la media, diría que a años luz de sus compañeros de generación, y las completaban con unos diseños de sus 12" y Lp's tremendos...
Saludos,
Manuel Soleado