
toda la calidez que pepo márquez puede ofrecer se encuentra en el poder de una guitarra acústica, en su voz cada vez más currada, en la magia de unos pedales que los exprime hasta lo insondable y también, y ahí es donde radica su encanto, en el buen humor que demuestra concierto tras concierto. era la cuarta vez que veía a the secret society, y las cuatro veces ha sido en formato solo, sin otros instrumentos de acompañamiento, enfrentándose a la desnudez con un valor y un arrojo absolutamente envidiables
durante la hora más o menos que duró el concierto de ayer hubo tiempo para repasar temas del primer y del segundo disco, y también incluso para repasar otras canciones no incluidas en los discos largos, incluso alguna ajena, como la versión de house by the sea de iron & wine, un precioso ejercicio de valentía que no le sale a todo el mundo. algunas de las canciones de the secret society quedan totalmente irreconocibles en este formato, incluso las de este nuevo disco como lights on. después de alguna interpretación de sus temas que podríamos tratar de memorable, se despidió con sad boys dance, con la ayuda de la caja de ritmos y el final para una de las del ep de ekaitz arruti, con la que terminó por los suelos jugando con las maquinitas de repetición
tiene que ser espectacular haberlo visto así. ahora, debes hacer un esfuerzo para verlo con banda (bueno, en mi caso solo con batería) porque es también todo un lujo.
ResponderEliminarsí, la banda en realidad es Pepo + batería
ResponderEliminarharé lo posible por verlo así, de hecho, en ello estamos...