
porque escuchando “hollow man”, la tercera canción, ya se me había ido la cabeza y me puse a recordar cuál fue el último disco que me interesó de r.e.m. y así llegué a up. un álbum que es todo lo contrario a éste. frágil desde su arranque, con un sintetizador sustituyendo al batería perdido, oscuro excepto cuando no tiene que serlo y suficientemente modesto para regalar parte de su gloria a quien la merece más que ellos con esa versión-adaptación del “suzanne” de leonard cohen que es “hope”.
y es que cuando algo funciona funciona de verdad, como las cuerdas que suenan en “lotus”, las bases ultrasencillas de “airportman” o “suspicious”, los cascabeles de “my most beautiful” o esa portada entre lo minimal y lo amateur que no sabes si está copiada de algún antiguo lp de blue note o de un cuadro de warhol. todo funciona en up por sí misma o por ese efecto de simpatía que hace que los defectos se vayan escondiendo los unos entre los otros y te hagan volver a confiar en r.e.m.
pero eso fue hace casi diez años y no creo que vuelva ya a ocurrir.
a mí el último disco, sin más, ni me gusta ni me parece un horror, pero creo que desde "Monster" (este ya incluido) es lo que siempre me ha pasado con ellos
ResponderEliminarha habido desde entonces momentos buenos o momentos de un bajón terrible, cosas realmente preciosas (como el vídeo de "Imitation of life", que bien podría haber pasado por ser una canción de la generación móvil y mp3)
pero sólo por el hecho de ser los creadores de "Orange crush" o de "Losing my religion", dos de mis canciones favoritas de todos los tiempos, a Stipe y compañía se les puede perdonar todo
y pese a todo, este verano me guistaría verlos en el Bilbao Live
De momento, sensaciones encontradas. No estoy tan en poca sincronía como tú, Manolo, pero paso del buen rollo a la decepción brutal según el momento en que lo escuche.
ResponderEliminar